Julia Gillard, primera mandataria en visitar la zona afectada por el tsunami

AGENCIA EFE 23/04/2011 09:24

Gillard se desplazó al pueblo de Minamisanriku, en la provincia de Miyagi y uno de los más asolados por la ola gigante que, junto al terremoto, ocasionó 14.227 muertos y 12.228 desaparecidos, además de 150.000 evacuados, según el último recuento policial.

Tras el desastre, Australia envió a esta localidad un equipo de rescate de 75 personas, puso a disposición de Japón tres aviones militares y bombas para enfriar los reactores de Fukushima y donó al país unos 800 millones de yenes (unos 6,6 millones de euros).

Gillard visitó hoy un gimnasio convertido en refugio temporal para los residentes de Minamisanriku que han perdido sus casas y regaló koalas de peluche a los niños que ahora viven en el recinto, informó la agencia local Kyodo.

También se reunió con el alcalde, Jin Sato, quien le explicó cómo otros funcionarios y él sobrevivieron a la acometida del agua en el centro de prevención de desastres, desde donde se emitió la alerta de tsunami para el pueblo, y del que solo quedó la estructura.

La masa de agua destruyó los muros y cubrió la construcción de tres plantas a excepción de su azotea, donde resistieron Sato y el resto de los funcionarios agarrados a la verja que rodea la antena de comunicaciones.

En Minamisanriku vivían unas 17.600 personas antes del desastre, de las que más de 1.100 han muerto o están desaparecidas.

Además, el destrozo en las carreteras hizo que muchos supervivientes del pueblo sufrieran escasez de alimentos, combustible y medicinas en los días posteriores al desastre.

Hoy termina la visita de cuatro días a Japón de Gillard, que llegó el miércoles a Tokio y se entrevistó el jueves con el primer ministro, Naoto Kan, y con los emperadores, Akihito y Michiko.

La primera ministra australiana garantizó a Kan que su país seguirá suministrando de forma continuada a Japón gas natural licuado y otros recursos energéticos y minerales, ante la amenaza de escasez de electricidad en el país asiático tras el desastre.

El tsunami, además de dañar seriamente la central de Fukushima Daiichi, paralizó varias centrales nucleares y térmicas en las zonas devastadas, lo que ha supuesto una importante reducción de la capacidad de generación de energía de Japón.