Laura Luelmo aún no puede descansar tranquila. Pese a la comparecencia de la Guardia Civil, no está clara aún la fecha de su muerte. Hay discrepancias entre el forense y los investigadores por lo que se sigue analizando el cuerpo. La pregunta que muchos aún hoy se hacen, pese a las explicaciones recibidas, es por qué no se registró antes la casa de Bernardo.
Los enigmas continúan aunque la familia ya sabe que Laura luchó por su vida, propinó una patada a Bernardo, que la mató. No sufrió, según los expertos. La familia ya ha agradecido el hecho de conocer que, al menos, Laura no sufrió una agonía, aunque no acepte el perdón de un Montoya que se encuentra solo en la cárcel y que ahora pide ayuda porque cree que si sale de la cárcel volverá a cometer fechorías. No podrá si la petición de prisión permanente revisable prospera.
Pero aún estamos a falta de la autopsia definitiva. La Guardia Civil cree que Laura Luelmo murió el mismo día de su desaparición. Según los investigadores, Bernardo Montoya abordó a Laura Luelmo cuando llegaba de hacer la compra, la metió en su casa, le ató las manos y le tapó la boca con cinta. Ella se defendió y golpeó a Montoya en las costillas y él golpeó la cabeza de la profesora contra el suelo. Después, la metió en el maletero del coche y la llevó hasta el lugar en el que apareció su cuerpo. Posteriormente se produjo la agresión.
Los investigadores creen que Laura fue asesinada y violada el mismo día de su desaparición, a pesar de que el informe preliminar de la autopsia precisaba que Laura murió dos o tres días después de su desaparición.