A pesar de que "la enfermedad te deja sin recursos emocionales, te desborda ante algo tan brutal", Amelia asegura que el cáncer también significa vida. A sus 50 años le detectaron un cáncer de pulmón y decidió que iba a "pelear", se fumó el último cigarro de su vida y cumplió todo lo que le mandaron los médicos.
La historia de Amelia, fumadora desde que era una adolescente, se asemeja a la de cerca de los 20.000 casos de cáncer de pulmón que se diagnostican cada año en España, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Amelia recuerda que el diagnóstico temprano sigue siendo el gran reto en el cáncer de pulmón. Casi en las tres cuartas partes de los pacientes la detección llega en fases avanzadas, por lo que aconseja a todo el mundo acudir al médico en cuanto tenga algún malestar.
El dolor de cabeza y el agotamiento la llevaron a visitar al médico, y una resonancia magnética detectó metástasis en el cerebelo. Una intervención de radio-cirugía en la cabeza, quimioterapia y el descubrimiento de que el cáncer provenía del pulmón derecho, que le extirparon, y que incluso había tocado la tráquea, llevaron a Amelia a preguntarse mil veces cómo era posible que le estuviera ocurriendo todo eso a ella. Pero con fuerza de voluntad y siguiendo el consejo de los médicos salió adelante.
Desde hace trece años, esta valiente mujer, se considera "una jubilada de lujo" aunque cada tres meses tenga que pasar revisiones médicas. Como voluntaria testimonial de la AECC, se encuentra "muy llena" por poder trabajar en el servicio telefónico gratuito Infocáncer (900.100.036), donde sabe que, sólo con su historia y su voz, ayuda a las personas que están pasando por lo que ella ha sufrido.