Lucía Moreno recibe en su domicilio de Torrent (Valencia) clases gracias a la Consellería. La menor padece distrofia simpática refleja y su vida dista mucho de ser como la de cualquier otro joven de su edad.
Estudiar la motiva. Es una forma de normalizar su vida. “Estudiar es el principio del todo, es lo que nos forma y lo que nos hace ser las personas que seremos en el futuro”, explica la menor.
Sin embargo, no podrá cursar Bachillerato porque la Consellería solo cubre las clases a domicilio hasta los 16 años, cuando finaliza la educación obligatoria.
Por eso su madre ha recogido casi 200.000 firmas para que la Consellería le dé alguna solución porque Lucía ya se imagina cursando alguna carrera de Letras en la Universidad.