Un terrible accidente doméstico paralizó la vida de Luis. Un niño de 12 años que permaneció más de veinte minutos clínicamente muerto después de haberse clavado una navaja en el corazón. Después de varios días en coma consiguieron reanimarlo, pero los daños cerebrales eran muy graves. Luis tenía medio cuerpo paralizado, sufría ceguera e importantes problemas de atención y comprensión. El diagnóstico médico no albergaba muchas esperanzas, pero su padre se resistió a aceptarlo. Apasionado, desde hace años, por la neurociencia inició un programa personalizado de rehabilitación para su hijo. Mucho deporte, trabajo cognitivo y constancia en casa. Además, empleó la música como estímulo terapéutico. Dos años después, Luis no tiene secuelas. Está completamente recuperado y hasta los propios especialistas se sorprenden. El padre de Luis insiste en que, a veces, el sistema sanitario no emplea los suficientes medios para este tipo de lesiones. Un relato emotivo conmovedor que ha querido recopilar en un libro. La historia real de un milagro explicado por la ciencia.