La madre pide que las busquen: "Mi corazón de madre siente que mis hijas están vivas"

INFORMATIVOS TELECINCO 12/02/2011 13:11

Irina Lucidi, de 44 años y madre de las mellizas desaparecidas Livia y Alessia, apela a su instinto de madre que le dice que sus hijas están vivas: "Continuad buscando -implora-, no puede ser que mis hijas estén muertas". Eso es precisamente lo que aseguró su padre en su carta testamento antes de morir. "Seré el último en morir. He matado a mis niñas. No han sufrido y ahora reposan en un lugar seguro", decía.

De esa carta se van conociendo nuevos párrafos: "Amor mío -decía a su mujer-, había pensado morir con mis niñas pero no ha ocurrido así. Ahora seré el último en morir". Y más adelante "Tú no las verás más".

"Espero que tú no te suicides"

Los mensajes reflejan su estado mental: pasa en pocas frases del amor a la rabia y de la rabia a la ironía. "Espero que tú no te suicides", concluye. Esa inestabilidad mental la había notado Irina quien, tras su separación, cada vez tenía más miedo de dejarle a las niñas. Entre los temores de Matthias Schepp estaba el que se llevase a sus hijas a Bélgica, lejos de él.

Antes de suicidarse, Matthias tramó de forma rigurosa su venganza: un recorrido por lugares donde habían viajado todos juntos, los sms, las cartas con mensajes en los que dice haber matado a sus hijas pero no revela dónde están los cuerpos para hacer más daño, y también con dinero (cerca de seis mil euros, según la información de la prensa local). El dinero había sido uno de los problemas durante su matrimonio. Ese envio de dinero a Irina es como decirle "ahora te lo quedas".

La pista se pierde en Córcega

La pista de las pequeñas se pierde en la isla francesa de Córcega. Aunque se especuló sobre la posibilidad de que Matthias hubiese arrojado a las pequeñas al mar en el trayecto en barco hacia la isla, parece que los testimonios dan fuerza a la hipótesis de que las pequeñas desembarcaron en la isla con su padre. Hay quien asegura haberlos visto junto a una mujer rubia, de unos cincuenta años. Doce horas después de llegar, Matthias tomaba el barco de vuelta a Marsella. La policía recorre la isla para tratar de encontrar alguna pista sobre el paradero de las pequeñas. LA