Las malas condiciones meteorológicas complican las labores de búsqueda de la tripulación del Villa de Pitanxo

Las malas condiciones meteorológicas, con rachas de viento de hasta 72 kilómetros por hora, en la zona del Gran Banco de Terranova dificultan las tareas de búsqueda de los 11 tripulantes desaparecidos del pesquero gallego, Villa de Pitanxo. La mala mar es habitual es ese caladero de Canadá. De hecho se baraja que fuera un golpe de mar el causante del naufragio.

El pesquero Villa de Pitanxo se hundió con 24 personas a bordo. Solo tres de ellos han sido rescatados con vida: el patrón, su sobrino y un marinero de Ghana. Hay 10 personas fallecidas y otras 11 desaparecidas.

El pronóstico meteorológico en la zona de Terranova, donde se hundió el barco, señala temperaturas de -7 ºC, aunque la sensación térmica puede ser de hasta -17 ºC, nevadas y olas de varios metros de altura. Las malas condiciones amenazan con retrasar las tareas de búsqueda, que se hace desde el aire y también desde el mar.

Las gélidas temperaturas del agua hacen muy complicada la superviviencia

Las gélidas temperaturas del agua en la zona hacen muy complicado sobrevivir en esas aguas. Cuando las temperaturas son de varios grados bajo cero, solo se puede sobrevivir en ellas unos minutos, ha explicado el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Javier Touza. Por eso, dice, que “la prioridad es encontrar a los desaparecidos en el naufragio”.

El cónsul general de España en Montreal, Luis Seco, se ha trasladado a San Juan de Terranova. Mientras, las autoridades canadienses tienen planificado que un helicóptero CH149 Cormorant y un avión Hércules C-130 vuelvan ala zona para participar en las labores de búsqueda.

Quiénes son los tripulantes del Villa de Pitanxo, naufragado en Canadá

El Villa de Pitanxo, con base en Marín (Pontevedra), llevaba 24 tripulantes a bordo, de los cuales 16 tienen nacionalidad española, cinco son peruanos y tres ghaneses, de acuerdo a los datos oficiales. La mayoría está por debajo de los 50 años, aunque algunos de ellos estában a punto de jubilarse, y casi todos tenían mucha experiencia en la mar.

Hay padres de familia, marineros por tradición y quienes encontraron en el mar una oportunidad de una vida mejor en España. El pesquero siniestrado, propiedad del armador gallego Manuel Nores, pertenece a la cooperativa de armadores de Vigo (ARVI) y tenía 50 metros de eslora.

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