Todo ocurrió muy rápido. El pasado viernes, Hassan Khalif Shire Ali dejó su coche en una zona comercial de Melbourne (Australia) y detonó las pequeñas bombonas de gas que llevaba en su vehículo. El incendio atrajo a varias dotaciones de policía para controlar la situación. Pero no fue un incidente.
El hombre, cuyo entorno tenía contactos con Al Qaeda, empezó a apuñalar a los viandantes que se vieron sorprendidos por su agresividad. Tras varías ataques mató a un hombre y dejó heridas a otras dos personas.
Los agentes trataron de reducir a Khalif Shire Ali pero su actitud violenta se lo impedía. Sujetando aún el cuchillo daba puñaladas al aire para tratar de herir a los agentes que le apuntaban con sus armas pero que no lograban que depusiera su actitud.
Y ese fue el momento de gloria de Michael Rogers. Desesperado al ver cómo los agentes no lograban detener al agresor, usó un carro de la compra y lo lanzó contra Khalif Shire Ali para arriconarlo. realizó varias veces esta maniobra sin temer por su vida.
Su maniobra ayudó a los agentes a tomar el control de la situación y abatir al agresor que cayó fulminado después de que uno de los policía le disparase directamente al pecho.
Su gesto ha sito alabado por todos los medios australianos que han visto en él un ejemplo de arrojo y valor que puede inspirar al resto de la ciudadanía.
Una cuestación popular ha logrado por el momento recaudar casi 115.000 euros para ayudar a Rogers, tal y como informa Sky.