Karanbir Cheema, de 13 años, había acudido a la escuela secundaria William Perkin Church of England, en Greenford, tal y como hacía todos los días que tenía clase. Pero ese fue el último día que fue al centro escolar.
Testigos del suceso indicaron que “alguien había perseguido al menor con queso y se lo tiraron por dentro de la camiseta”. “Parecía ahogado, le costaba respirar”, explicó Kieran Oppatt, el personal sanitario que socorrió al menor en un primer momento, quien sentenció indicando que “parecía estar sufriendo una reacción alérgica. Su piel era roja y parecía una colmena”.
Y es que, Cheema, tal y como explica Independent, era extremadamente alérgico al trigo, al gluten, a los productos lácteos, a los huevos y a las nueces. Tan alérgico era que a pesar de tratarlo con Piriton, un inhalador y un anafiláctico específico para estos caso, los problemas no se eliminaron.
Por ello, Oppatt y su compañero solicitaron ayuda extra, ya que el menor había sufrido un paro cardíaco. Y a pesar de realizarle la reanimación cardiopulmonar, de administrarle adrenalina y de usar un desfibrilador para intentar salvar su vida, simplemente alargaron una agonía que finalizó nueve días después, cuando murió el menor.
En ese momento, otro adolescente de 13 años fue arrestado como presunto autor de la muerte, aunque finalmente no fue acusado de asesinato. Eso sí, desde el centro escolar indican que “la persona involucrada actualmente no está en el colegio”.