Devon White, de nacionalidad británica, estaba navegando en un bote con su tío, su hermano y dos amigos cuando el arpón que llevaba se disparó accidentalmente e impactó contra su ojo izquierdo. Los servicios de emergencia le auxiliaron en la zona, no obstante, el menor tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital en avión.
A pesar de tener el arma incrustada en la cabeza, los médicos aseguraron que el arpón no había desgarrado sus órganos vitales. En una operación que duró tres horas, consiguieron extraerle el arma del cuerpo, aunque no han podido determinar si el Devon se recuperará por completo.
“Es un milagro que este chico todavía esté vivo. Nunca he visto algo así. He visto muchas cosas durante mi carrera, pero nada tan macabro como esto. El arma estaba en su cabeza y él todavía estaba vivo y hablando. Estoy sorprendido de que no haya muerto”, asegura el jefe de policía local, Salvatore Capasso, en declaraciones recogidas por Daily Mail.
Se ha determinado que el arma estaba defectuosa y que no se aseguró bien al cargarse, motivo por el que el perno fue directo al rostro del niño. La policía está investigando lo sucedido, ya que el niño no tiene la edad suficiente para utilizar un arpón.