"Amo a mis padres, pero mi clase también es una especie de familia". Así lo definió ante los medio Michael Clark, de cinco años que invitó a todos sus compañeros de guardería a la sesión donde fue legalmente adoptado. Los chiquillos se mantuvieron silenciosos durante el acto, aunque agitaban los corazones de papel que llevaron al solemne acto.
Michael Clark los invitó a todos sus compañeros de clase para que lo acompañaran en este día especial en el que por fin iba a tener una madre y un padre, después pasar varios años en un orfanato en el condado de Kent.
El pequeño estaba tan feliz que interrumpía a todos y su sonrisa era de oreja a oreja, con el apoyo de sus amigos y de su nuevos padres, que tampoco podían ocultar su emoción.
Clark fue uno de los 36 niños adoptados en el condado de Kent, en Michigan. Desde su cuenta oficial colgaron el entrañable vídeo que en pocas horas se convirtió en viral con cientos de comentarios y 'me gusta'.