El documento analiza el flujo irregular hacia Europa y mientras apunta a un descenso de las llegadas por el Mediterráneo Central hasta Italia, destaca el incremento experimentado en el caso de España, donde sólo en los tres meses de verano se registraron 5.924 entradas por mar y 1.792 por tierra en comparación, respectivamente, con las 2.460 y las 1.572 del mismo periodo de 2016. Es un incremento del 90%.
Tal y como detalla, la mayoría de las llegadas por mar en 2017 han sido de personas procedentes de Marruecos (20%), Costa de Marfil (15%) y Guinea (12%). Mientras, el grueso de las entradas terrestres fueron protagonizadas por sirios, que fueron algo más de 1.500 en este periodo. "Casi todos usan rutas terrestres y entran en España a través del enclave de Melilla", dice el informe.
En el caso de los marroquíes, ACNUR destaca la subida registrada desde junio, pues la cifra de ciudadanos que cruzan a la Península ha aumentado "significativamente", así como la variedad de vías para alcanzar suelo español: motos de agua, windsurf, botes hinchables y barcos de madera, algunos con más de 60 personas a bordo.
Por otra parte, el capítulo español del informe recoge que el 31 de agosto siete mujeres murieron en el incidente registrado en una bote a bordo del que viajaban en torno a cuarenta personas con el objetivo de llegar hasta Melilla.
Además, a finales de septiembre "se estima que 122 personas murieron intentando llegar a España por mar, en comparación con las 48 que lo hicieron en el mismo periodo del año pasado". Así las cosas, serían al menos 170 las personas fallecidas en su intento de emigrar por mar.