Los cabos Luis Arturo Arcia y Luis Alfonso Beltrán conforman la segunda pareja de suboficiales que llevan más tiempo cautivos tras Pablo Emilio Moncayo y José Libio Martínez, quienes cumplieron once años de secuestro el pasado 21 de diciembre.
La presidenta de la Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz), Marleny Orjuela, dijo hoy a Efe que la macabra efeméride de Arcia y Beltrán será recordada con una misa en la iglesia católica del Voto Nacional, en el centro de Bogotá.
"Los recordamos con mucha angustia y mucha tristeza, pero siempre llenos de esperanza", expresó la activista, quien instó al Gobierno del presidente Álvaro Uribe y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a que negocien un acuerdo humanitario.
Los rebeldes pretenden intercambiar o canjear a esos veintidós efectivos por medio millar de rebeldes presos, entre ellos tres extraditados a Estados Unidos, mediante la negociación de un acuerdo en una zona desmilitarizada, lo que Uribe no acepta.
"Les decimos a las dos partes que aquí, definitivamente, el camino no es la guerra, sino el diálogo", insistió la presidenta de Asfamipaz.
Los cabos Arcia y Beltrán están secuestrados desde el 3 de marzo de 1998, cuando las FARC atacaron y coparon el campamento de una brigada móvil del ejército en El Billar, paraje rural de Cartagena del Chairá, población del departamento selvático del Caquetá.
En la acción, los insurgentes mataron a treinta militares y secuestraron a otros sesenta, la mayoría de los cuales fueron puestos en libertad a finales de junio de 2001.
La liberación tuvo lugar tras un acuerdo entre los guerrilleros y el Gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana, quien planteó un diálogo de paz que finalmente concluyó en fracaso.
"El Gobierno se niega al acuerdo humanitario, cuando la única posibilidad es el diálogo", se lamentó la activista, que valoró como positivo el reciente gesto de las FARC de entregar a los dos últimos civiles que retenía y a cuatro efectivos, el pasado febrero.
Los seis cautivos fueron entregados a una misión encabezada por la congresista opositora Piedad Córdoba, integrante de Colombianos por la Paz, una organización que desde septiembre pasado avanza en un "intercambio epistolar" con los rebeldes.
La operación humanitaria fue coordinada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y tuvo el apoyo del Gobierno de Brasil, que facilitó dos helicópteros y sus tripulaciones.