Las familias arropadas por vecinos y familiares de los tres montañeros fallecidos esta madrugada en Los Andes de Perú han guardado cinco minutos de silencio en un Cerdanyola y Sant Cugat simultáneamente. Los Ayuntamientos de ambas localidades han decretado un día de luto oficial por la muerte de estos jóvenes que se dedicaban a viajar para hacer su deporte favorito.
Informativos Telecinco ha hablado fuera de cámara con los familiares, conmocionados por las pérdidas, que han expresado su dolor y su deseo de que la repatriación de los cuerpos y los funerales transcurran en el ámbito privado de los más cercanos.
La familia de Pablo Belmonte Calderón, de 26 años, el único superviviente de la avalancha que los sorprendió a 100 metros de la cima del nevado Mateo, en la región Ancash, definió como "un milagro" que estuviera vivo. Fue él, que permanece ingresado en una clínica de la ciudad de Huaraz, a más de 400 kilómetros al norte de Lima, quien dio la voz de alarma y avisó a los servicios de Emergencia.
En mayo los cuatro amigos se reencontraron y comenzaron esta aventura cubriendo itinerarios y escaladas en Bolivia, Rio de Janeiro, Chile. Desde hacía 17 semanas era el turno de Perú, donde fueron traicionados por esta montaña de más de 5.000 metros de altura.
Desde su cuenta en Instagram, Adrià San Juan dejaba constancia de estas expediciones, con fotos y comentarios.