El monzón no da tregua a Pakistán y la tragedia amenaza con agravarse

AGENCIA EFE 05/08/2010 10:56

"El final no está cerca", se lamentó hoy a Efe el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), Ahmad Kamal, quien explicó que se esperan fuertes lluvias monzónicas durante otros 15 días.

Tras la devastación causada por las aguas en la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa, las inundaciones alcanzaron esta semana las provincias de Punjab (este) y Sindh (sudeste) y han afectado ya a un total de 4,2 millones de paquistaníes, según cálculos ofrecidos hoy por la ONU.

La ONU calculó en 1.600 los muertos por esta tragedia, aunque la NDMA los mantiene desde hace varios días por debajo de 1.000, a los que hay que sumar 1.070 heridos.

Las nuevas lluvias previstas hacen temer una situación especialmente "grave" en los próximos cinco a siete días en las dos provincias del este y el sudeste del país, según Kamal.

De momento, 1.369 localidades y 1,69 millones de hectáreas de terreno han quedado anegadas en todo Pakistán. Algo menos de un tercio de la superficie inundada son tierras de cultivo, de acuerdo con datos de la NDMA y la ONU.

En Punjab y Sindh, "hay zonas en alerta máxima (pues) esperamos que haya un incremento de la corriente de los ríos, sobre todo del Indo", el más grande del país, explicó Kamal.

Las autoridades han desarrollado un plan especial de evacuación de las zonas amenazadas y siguen distribuyendo comida, medicinas y tiendas de campaña a los damnificados, la mayoría transportados en helicóptero.

"El impacto de esta crisis es bastante mayor que el del terremoto de 2005 en Cachemira. Entonces afectó a nueve distritos y en este caso es todo Pakistán", describió el director de control de la NDMA, Hassan Zulfikar, que calificó la catástrofe como "una de las crisis más grandes de la Historia" del país.

Zulfikar dijo que, según cálculos preliminares, harán falta 3.500 millones de dólares para afrontar la catástrofe, en declaraciones a medios españoles tras recibir la primera ayuda enviada por España a los damnificados, 14 toneladas de material de emergencia.

Otros países han enviado también ayuda y la ONU, que cuenta con un fondo de 18 millones de dólares, trasladó hoy al país al enviado especial para la asistencia en Pakistán, Jean-Maurice Ripert, nombrado en agosto de 2009 para atender la crisis de desplazados que ocasionó el conflicto con los talibanes en Khyber-Pakhtunkhwa.

Acompañado por expertos en coordinación de ayuda humanitaria, Ripert inspeccionó hoy esa provincia y se reunió con sus autoridades para comprobar el alcance de las inundaciones.

El jefe en Pakistán de la oficina de coordinación de asuntos humanitarios de la ONU, Manuel Bessler, explicó que uno de los principales problemas para distribuir la ayuda es la falta de acceso a vastas zonas del país.

"Hay muchas regiones que sabemos que han quedado totalmente destruidas pero están aisladas y son accesibles por el aire. Tanto el reconocimiento como la distribución de la ayuda debe hacerse por el aire, lo que está dificultando enormemente la tarea", expuso.

Pese a los estragos ya causados por las inundaciones, las peores que sufre el país desde 1929, muchas personas se niegan a abandonar sus hogares en las zonas amenazadas por las lluvias que caerán en los próximos días.

"La gente quiere proteger sus propiedades", pero el Gobierno está decidido a evacuarlos a la fuerza, dijo Zulfikar.

En Punjab, donde Kamal describió una situación de "devastación a escala masiva", más de 25.000 viviendas han quedado totalmente destruidas, otras 48.000 parcialmente dañadas y 526.000 hectáreas de cultivos anegadas, según la ONU, lo que pinta un difícil escenario para un territorio que vive eminentemente de la agricultura.

El Ejército paquistaní, los organismos civiles de rescate y las agencias humanitarias se afanan por socorrer a la población, pero la tarea es titánica pues toda ayuda es insuficiente.

"La diferencia entre lo que se necesita y lo que se entrega es enorme", declaró Bessler.