Los cadáveres de Michael Kearns, australiano de 33 años, y Louise Benson, británica de 37, fueron encontrados por un pescador local cerca de un acantilado rocoso el pasado 13 de junio a las 6.45 horas. Se habían golpeado mortalmente con un cartel tras precipitarse por el acantilado.
“Todo parece indicar que la caída ocurrió cuando estaban tratando de hacerse un selfi. Parece que se les cayó el móvil y ambos se precipitaron por el acantilado cuando intentaron cogerlo”, ha declarado Rui Pereira da Terra, jefe de Policía.
Sin embargo, los usuarios de las redes sociales señalan que es muy poco probable que la pareja estuviera haciéndose una foto porque era de noche, no se veía nada y, además, estaba lloviendo.
La Policía de Portugal ha realizado una reconstrucción de los hechos basándose en los testimonios aportados por todas las personas que coincidieron con la pareja el mismo día de los fallecimientos.
Según los informes, la pareja estuvo paseando por la ciudad, luego tomaron un aperitivo en un restaurante y se marcharon sobre las 20:30 ara reunirse con otra pareja y cenar en una pizzería. Tras esto, a las 00:30, se fueron a un bar con un hombre portugués y estuvieron allí hasta las 2.00 am. Fue entonces cuando la pareja y el hombre se reunieron con otras siete personas en un club, donde se quedaron hasta las 4.00 am.
Poco después, una mujer que estaba paseando a su perro cerca del acantilado por el que se precipitó la pareja, escuchó un grito en la zona. No obstante, esta testigo aún no ha prestado declaración a la Policía.
Expertos afirman que Benson tenía pelos en la mano cuando la encontraron, por lo que se tomaron las muestras necesarias para concluir la investigación forense.
Por su parte, el padre de Kearns ha declarado al Daily Mail que "mi hijo era un diamante en bruto con un corazón de oro y su novia era una chica bonita con una naturaleza hermosa”. Además, añadió que deseaba saber qué les había sucedido.
Los amigos de la pareja les han homenajeado: “Vivimos en un mundo muy cruel. Descansad en paz, unas almas que nos han quitado demasiado pronto. No hay palabras para describir lo que hemos perdido”.
Una portavoz de la Oficina Británica de Asuntos Exteriores ha declarado que “estamos en contacto con las autoridades locales tras la muerte de una mujer británica en Portugal y estamos brindando apoyo a su familia”.