Un juez ha dictaminado una orden de 40 años de prisión para una mujer que traficaba sexualmente con sus tres hijos menores. La madre de los niños les obligaba a mantener relaciones sexuales con un hombre de 79 años, que también ha sido condenado a 36 años de prisión. Ella ha sido acusada de ser colaboradora de dos delitos continuados de agresión sexual con introducción de miembros corporales en concurso ideal con dos delitos continuados de prostitución de menores, a la pena por cada uno de ellos de 15 años de prisión, cinco años de libertad vigilada y la prohibición de aproximarse o de comunicar con dos de los menores durante otros 15 años, tal como informa el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en un comunicado.
De la misma forma, el Juzgado de la Audiencia Provincial de Sevilla ha prohibido a la mujer durante nueve años a acercarse o comunicarse con el tercero de sus hijos al ser implicada directa de un delito continuado de agresión sexual sin introducción de miembros corporales en concurso ideal con un delito continuado de prostitución de menores.
También ha sido procesada por un delito de maltrato habitual, a la pena por cada uno de ellos de seis meses menos un día de cárcel y la prohibición de aproximarse o comunicar con dos de los menores durante tres años, imponiéndole además la inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad respecto de uno de sus hijos durante un año menos un día. Además, han sido tenidos en cuenta los atenuantes de grave adicción, tanto al alcohol como a las drogas, y alteración psíquica respecto de los dos delitos de maltrato habitual. Sin embargo, la Sala absuelve a la acusada de los dos delitos de abandono de familia por los que fue acusada al entenderlos absorbidos en los delitos de maltrato habitual mencionados.
El investigado también deberá responder por la atribución de dos delitos continuados de agresión sexual con introducción de miembros corporales en concurso ideal con dos delitos continuados de prostitución de menores y le impone por cada uno de ellos la pena de 14 años de cárcel, la prohibición de aproximarse o comunicar con dos de las víctimas durante 14 años y cinco años de libertad vigilada.
Además de todo el proceso judicial y penitenciario, los responsables deberán de asumir una indemnización de 140.000 € a los tres menores por los delitos continuados de agresión sexual en concurso ideal con los delitos reiterados de prostitución de menores.
La Audiencia considera probado que, al comenzar el periodo de adolescencia de una de sus hijas y "con seguridad" a partir de 2007, cuando ésta cumplió 13 años, la acusada la obligó, "con golpes o conminándole con agredirla, o con no darle de comer", a que mantuviera encuentros de carácter sexual con el acusado "a cambio de recibir éste una suma de dinero que previamente había concertado el mismo" con la madre de los menores.
Asimismo, los jueces consideran que estos hechos se produjeron hasta el año 2009, hasta que la menor de edad cumplió 15 años y abandonó el domicilio familiar para marcharse a vivir con su padre, y se produjeron "casi todos los días a diferentes horas, a veces en presencia" de la acusada "y otras veces sin ella".
Según el testimonio de la Audiencia, otro de los hijos de la progenitora fue agredido sexualmente con 14-15 años "durante cinco o seis meses" entre 2013 y 2014, y "fue igualmente obligado por su madre, agrediéndole o infundiéndole el mismo temor que a su hermana, a que fuera a mantener frecuentes encuentros de carácter sexual" con el condenado, "a cambio igualmente de recibir éste una suma de dinero" que el menor entregaba a su madre.
En relación a la tercera de las víctimas, la Sala afirma que, "a edad muy temprana pero con seguridad a partir de que cumplió los nueve años", la acusada "obligó a su hija, con golpes o conminándole de la misma forma que a sus hermanos, a mantener encuentros de carácter sexual" con el acusado también a cambio de dinero.
Entre las responsabilidades que no cubría la madre en el hogar se encontraban "la desatención del aseo del domicilio, ni atención sanitaria ni escolar de sus hijos, provocando una situación de total abandono de los mismos".
Frente a la posible versión distorsionada de los niños, el juez confirma que "carecen de incredibilidad subjetiva, ya que ha sido nota común en los mismos la tendencia a no exagerar los hechos, más bien a minimizarlos bien por el sentimiento de vergüenza o como forma de autoprotección".
A modo de conclusión, la Audiencia ha confirmado que la abundancia de datos corroboradores, no sólo de los hechos en sí, sino de los diálogos, de los lugares, de la descripción uniforme de por dónde tenían que acceder a los mismos, de la descripción de los respectivos domicilios, así como de las conclusiones favorables de los informes periciales, permiten constatar la credibilidad del testimonio de las víctimas", ha zanjado el tribunal.