A mar abierto se han tenido que ir a entrenar las nadadoras de sincronizada de un club de Galicia. Temen perder toda la temporada por las estrictas condiciones de uso de las piscinas en esa comunidad.
Como peces sin agua, estas sirenas sin piscina han buscado otros mares para entrenar. El Atlántico ha sido la salvación de este club de natación sincronizada para no perder la forma ni el fondo.
Si sincronizar ya es difícil en aguas mansas imagínense aquí, pero ni las mareas ni las corrientes ni las olas logran que estas chicas pierdan el equilibrio.
Ahora bailan al ritmo del océano a la luz del atardecer, eso sí, con temperaturas mínimas, que serán gélidas en un par de meses.
Entrenamientos en playa que combinan con otros en seco porque llevan desde marzo sin piscina, desde entonces el Acuatic ha contado ya 70 bajas. Era el club más grande de Galicia con 180 nadadoras y numerosos premios. Campeonas también en mar abierto.