"Estamos en vilo". Es la frase de las familias del barco de Nuestra Madre Loreto ante la situación de sus familiares. Lo que era un acto humanitario, rescatar a inmigrantes que podían perder la vida abandonados en el agua, se ha convertido en una odisea.
Pascual Durá, patrón del barco, se queja amargamente del abandono del Gobierno, que les da como única solución atracar en Libia, algo que rechazan de plano todos los tripulantes del barco. "No van a aceptar de buen grado ir a Libia, de hecho prefieren morir antes que volver y tampoco es un puerto seguro. Ahí ponemos en riesgo tanto a nuestra tripulación como el barco", destaca Durá.
La realidad es muy cruda porque el barco cuenta ahora con el doble de tripulantes de lo previsto y el agua y la comida empiezan a racionarse. Sobre el combustible estima que les queda para cuatro o cinco días. El mal tiempo ha obligado a permanecer en el mismo lugar durante varios días, a la espera de una solución que no llega. Y no hay que olvidar que en los mares en los que se encuentran hay tiburones.
Malta, como Italia y España han rechazado acoger el barco. Las oenegés, que denuncian la situación extrema que se vive en ese país norteafricano. Nadie entiende que 12 inmigrantes puedan resultar un problema. Al menos Durá reconoce que volvería a hacer lo mismo otra vez, ser humano y no abandonar a su suerte a los inmigrantes rescatados. Ximo Puig ya ha prometido hablar con el presidente del Gobierno y ha mostrado su orgullo por la humanidad de los pescadores.