En una rueda de prensa, llevada a cabo en horario de máxima audiencia televisiva, Obama también tocó la crisis económica, la situación en Pakistán e Irak, y la tortura, una variedad de asuntos que reflejan los grandes desafíos con los que se ha topado al entrar en el Despacho Oval.
Pero fue un virus desconocido hace mes y medio, el H1N1, el que encabezó la intervención del presidente, quien dijo que "es una causa de preocupación, pero no de pánico".
Hoy el Gobierno informó de la muerte en Texas de un niño de casi dos años que había venido de México, la primera víctima fuera de ese país de la gripe porcina.
Pese a que el país al sur del río Bravo es el epicentro de la enfermedad, Obama afirmó que seguirá la recomendación de los expertos de salud pública que le asesoran y no cerrará la frontera sur.
A su juicio, clausurar la frontera con México "sería como cerrar la puerta del establo después de que se han escapado los caballos".
En Estados Unidos se han confirmado 92 casos de la gripe hasta ahora y en la rueda de prensa Obama se dirigió directamente a los estadounidenses para hacer recomendaciones de médico de cabecera.
"Lávense las manos después de estrechar la mano, cúbranse la boca cuando tosan... Si usted está enfermo, quédese en casa. Si su hijo está enfermo, no le lleven a la escuela", explicó.
En el terreno económico, Obama también recibió hoy una mala noticia con la publicación del Producto Interior Bruto (PIB) del primer trimestre, que se contrajo a un ritmo anual del 6,1 por ciento, muy por encima de lo calculado por los expertos.
"Millones de personas están aún sin trabajo y vivienda, y más se perderán antes de que termine la recesión", reconoció Obama, quien predijo "tiempos difíciles" para la industria automovilística.
Al mismo tiempo, apuntó a una salida para Chyrsler, que está al borde de la quiebra.
El presidente dijo hoy sentirse "muy optimista" de que la empresa podrá sobrevivir como una empresa "viable", después de las concesiones realizadas por los sindicatos y los acreedores.
"Todo eso apunta a la posibilidad de que pueda haber una fusión entre Fiat y Chrysler", señaló Obama.
Mañana se acaba el plazo dado por la Casa Blanca para que Chrysler desarrolle un plan de reestructuración que le permita evitar la quiebra.
Obama saltó a la tortura, que ha resurgido como un asunto candente en Estados Unidos tras su decisión de divulgar los documentos legales con los que el Gobierno de su antecesor, George W. Bush, justificó los abusos.
Obama dijo que la tortura "corroe el carácter de un país" y aseguró que su prohibición "nos hará más fuertes a la larga, nos convertirá en un país más seguro".
Las asfixias simuladas, autorizadas por el Gobierno anterior, "eran tortura, fuera cual fuera el razonamiento legal que se usara fue un error", dijo Obama.
El ex vicepresidente Dick Cheney continúa defendiendo esas prácticas, con el argumento de que produjeron información muy valiosa, pero Obama afirmó hoy que ésta "podría haberse obtenido de otra forma".
Mientras en la tortura Obama y Bush, están en polos opuestos, en inmigración suenan muy parecidos.
"Queremos avanzar en este proceso. No podemos continuar con este sistema fallido. No es bueno para nadie", señaló Obama, quien reiteró su compromiso de lograr una reforma migratoria.
Se calcula que en Estados Unidos viven alrededor de 12 millones de residente ilegales.
En la rueda de prensa, el presidente también se confesó "muy preocupado" por la situación en Pakistán, donde se han recrudecido los combates entre el ejército y los talibanes.
Obama dijo que el gobierno es "muy frágil", aunque dijo confiar en que las armas nucleares pakistaníes no caerán en manos de los insurgentes.
El gobernante defendió el derecho al aborto y aseguró que se trata de una cuestión "moral" que debe corresponder a la mujer.
"No creo que las mujeres que se ven enfrentadas a ello tomen la decisión a la ligera", y por ello lo que hay que facilitar es que tomen la decisión que crean más conveniente de acuerdo con la recomendación de sus médicos y sus familias", dijo.