La directora de HRW para China, Sophie Richardson, ha instado a las autoridades chinas a proporcionar protección a los refugiados y permitir a las agencias humanitarias y a Naciones Unidas acceder a la zona para ayudar a los birmanos.
"El Gobierno chino suele permitir a los refugiados de Kachin permanecer en Yunnan, pero no cumple sus compromisos internacionales a la hora de asegurarse de que no vuelven al país y de cubrir sus necesidades básicas", ha indicado Richardson. "China no tiene ninguna razón legítima para expulsarles a Birmania o abandonarles sin alimentos y refugio", ha criticado.
Según un informe de HRW, entre 7.000 y 10.000 refugiados han abandonado la región de Kachin hacia China desde que en junio de 2011 se produjo el reinicio de la violencia entre las fuerzas de seguridad birmanas y grupos insurgentes.
La organización ha denunciado la falta de refugio, comida, agua potable o acceso a cuidados médicos de los refugiados en China, así como de la negación de educación para los niños o la posibilidad de que algunos sean explotados por empresarios locales. Algunas personas que huyen del conflicto permanecen largas temporadas detenidos sin ningún juicio o ni siquiera son acogidos en territorio chino.
El Ejército por la Independencia de Kachin (KIA) retomó las armas tras 17 años de alto el fuego en junio de 2011 provocando el desplazamiento de 75.000 personas tras los combates con el Ejército. Los birmanos que se trasladan a China permanecen en lugares cercanos a la frontera, por lo que siguen temiendo que las luchas puedan afectarles.
"El Gobierno chino no solo está obligado legalmente, sino que es capaz de proteger temporalmente a los refugiados de Kachin y cubrir sus necesidades básicas", ha asegurado Richardson.