La portavoz de la ONU, Michele Montás, señaló que el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, está "apenado por la pérdida de vidas humanas y la destrucción" causada por el terremoto de 5,8 grados de magnitud en la escala de Richter, que afectó particularmente a la región de los Abruzos.
Ban trasladó sus condolencias a los familiares y allegados de las más de 150 víctimas mortales que, según las últimas informaciones, se ha cobrado el terremoto, que también ha causado unos 1.500 heridos, dijo la portavoz.
Montás agregó que el Ejecutivo italiano no ha hecho llegar al organismo mundial ninguna petición de ayuda.
La elevada intensidad del sismo, cuyo epicentro se situó a pocos kilómetros de la ciudad de L'Aquila, hizo que la zona quedara totalmente asolada, con pueblos prácticamente destruidos y edificios que llegaron a derrumbarse por completo.
El Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, decretó oficialmente el estado de emergencia en la región de los Abruzos y pospuso la aprobación de fondos de ayuda a los afectados hasta determinar con exactitud el alcance de la tragedia.