"Ahora que Eluana descansa en paz, yo puedo guardar silencio", dijo Englaro al telediario regional de Friuli Venezia Giulia del ente televisivo público RAI.
Eluana Englaro, de 38 años, murió ayer a las 19.35 hora local en la clínica Quiete de Udine, en la región norteña de Friuli Venezia Giulia, después de cuatro días sin alimentación artificial.
"No hablaré más. Lo he hecho durante todos estos años por Eluana, que era el principal pensamiento que teníamos cada día yo y mi mujer", añadió.
Englaro aseguró que su hija "ha sufrido ensañamiento terapéutico durante 17 años" y que, a pesar de que nunca quiso que nadie "le pusiese la mano encima, lo han hecho constantemente durante 17 años".
El padre de Eluana, que quedó en estado vegetativo tras una accidente de tráfico en 1992, se mostró también muy dolido por algunas declaraciones que ha tenido que oír estos días e indicó que no perdonará a quienes "han faltado el respeto" a Eluana y a su familia.
Giuseppe Englaro se despidió hoy de su hija Eluana en el depósito de cadáveres del hospital de Santa María de la Misericordia de la ciudad de Udine, donde fue llevada desde la casa de reposo de "Quiete", donde murió.
La familia ha decidido que los restos mortales de Eluana Englaro sean enterrados junto a los de su abuelo en la localidad italiana de Paluzza, sin funeral religioso y sólo con una bendición.
La tutora legal de Eluana Englaro, Franca Alessio, explicó hoy que aún no se ha decidido la fecha del entierro, ya que está pendiente la autopsia, pero agregó que será una ceremonia "simple" y a la que sólo asistirán los familiares y amigos más cercanos.
Alessio añadió que la voluntad de la familia es incinerar a Eluana, de 38 años, y enterrar las cenizas en el cementerio de Paluzza.