La chica, asustada, le contó a los agentes que habían acudido a su domicilio de Desbury, en Reino Unido, que su padre la había agarrado del cuello y de los hombros y que después la empujó y calló dentro de su armario.
El padre agredió a la menor de 17 años el 1 de cotubre después de que ésta se maquillara y no le pidiera permiso para salir, según informa Mirror.
La fiscal ha dicho que “Una ambulancia ya se encontraba en su casa después de haber recibido el aviso de que una joven había bebido lejía por un accidente doméstico.”
“El hermano de la chica de 17 años los recibió, subieron las escaleras y se encontraron a la joven en un estado afligido. (…) Estaba sentada en el borde de la cama, sin aliento y agarrándose los brazos y el estómago.”, ha añadido.
La chica le dijo a la policía que su padre le había agredido porque se estaba volviendo “demasiado occidentalizada”. Además, también les dijo que esta no era la primera vez que la agredía.
El acusado, que no ha sido identificado por razones legales, se declaró culpable por un delito de asalto con violencia, tras admitir que había habido un problema con su hija el día anterior.
El acusado declaró que le había confiscado el móvil a la joven pero que ésta habría cogido el de su madre. “El padre dijo que la hija debía de haberle preguntado si podía salir en vez de decirle que iba a salir.”, ha añadido la fiscal.
A los magistrados se les dijo que la niña no quería que se iniciara un proceso penal contra su padre porque deseaba arreglar su relación.
Paul Blanchard dijo que su cliente tenía una "gran frustración" con su hija, pero aceptó que no debería haber actuado de esa manera. Los magistrados lo sentenciaron a una orden comunitaria de nueve meses que incluye 15 días de actividades de rehabilitación destinadas a abordar su comportamiento ofensivo.