Reggie Hayes, un niño de solo cuatro años, falleció tras una dura batalla contra el neuroblastoma, un tipo de cáncer que se origina a partir de células nerviosas inmaduras que se encuentran en varias áreas del cuerpo. Ahora, sus padres, Joanne Hedley y Peter Hayes, luchan por dar a conocer más sobre este tumor y sus síntomas entre la población.
En noviembre de 2020, Reggie Hayes comenzó a tener dolor de estómago y fiebre. Tras varias semanas de pruebas, los médicos le diagnosticaron un neuroblastoma en etapa tres e iniciaron un tratamiento de quimioterapia y radioterapia que se prolongó durante varios meses.
El 24 de junio, el pequeño finalizó el tratamiento y solo unas semanas después volvió a sentirse mal. Le ingresaron en el hospital infantil de Royal Manchester y les informaron de que el cáncer había vuelto a reproducirse. En esta ocasión, los médicos no les dieron esperanza: el tumor se había extendido por los órganos. Diez días después Reggie Hayes falleció, según publica walesonline.co.uk.
"Fue devastador", dijo Joanne. "Habíamos estado planeando las vacaciones y que Reggie fuera a la escuela en septiembre. Estaba tan emocionado. Pensamos que finalmente podría comenzar a vivir su vida", añadió, expresando que Reggie llevó el tratamiento muy bien y con todas sus fuerzas.
Devastados, Joanne Hedley y Peter Hayes, tratan ahora de aumentar el conocimiento sobre el neuroblastoma para permitir un diagnóstico precoz de la enfermedad ya que en su caso, pensaron que “tenía mal la barriga y que tomaría un poco de paracetamol y lo enviarían a casa". Además, han creado una página de GoFundMe.
"Queremos crear tanta conciencia como sea posible para que la gente no piense que 'es solo un dolor de estómago'", dicen.
El neuroblastoma, que se presenta con mayor frecuencia a los niños menores de 5 años, puede afectar a varias partes del cuerpo y los signos y síntomas dependen precisamente de esto, según Mayo Clinic.
En el abdomen, según la misma fuente y como fue el caso de Reggie Hayes, se suele dar dolor abdominal; una masa debajo de la piel que no es sensible al tacto y cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento.
En el pecho, se da silbido al respirar; dolor en el pecho y cambios en los ojos; inclusive párpados caídos y tamaño de la pupila desigual.
Otros signos y síntomas pueden ser bultos de tejido debajo de la piel; ojos que parecen sobresalir de las cavidades oculares (proptosis); círculos oscuros, similares a moretones, alrededor de los ojos; dolor de espalda; fiebre; pérdida de peso inexplicable y dolor de huesos.