El Papa invita a futuros diplomáticos vaticanos a no ambicionar y hacer de su trabajo un gimnasio de la santificación

EUROPA PRESS 06/06/2013 17:43

"Estad atentos a ser libres de ambiciones o miras personales, que tanto mal hacen a la Iglesia, teniendo cuidado de no poner en primer lugar la realización o el reconocimiento que se puede recibir dentro y fuera de la comunidad eclesial, sino el bien superior de la causa del Evangelio y la realización de la misión que se asigna", les ha instado.

Así, el Pontífice ha indicado a los futuros diplomáticos vaticanos que se preparan para "un ministerio de particular compromiso, un trabajo que requiere una gran libertad interior" y, por ello, les ha animado a "vivir estos años de preparación con compromiso, generosidad y grandeza de alma, para que esta libertad tome forma".

En esta línea, Francisco ha resaltado la importancia de ser libres con respecto a proyectos personales "incluso respecto a la cultura y a la mentalidad" de la que provienen, "no para olvidarla y mucho menos para renunciar a ella" sino para abrirse "en la caridad a la comprensión de culturas diversas y al encuentro con hombres que pertenecen a mundos muy lejanos".

Asimismo, el Pontífice ha destacado que este ministerio que requiere salir de ellos mismos "sólo se consigue mediante un intenso camino espiritual y una seria unificación de la vida en torno al misterio del amor de Dios y al inescrutable designio de su llamada" y ha llamado a vivir esta libertad "no como motivo de frustración o de vacío, sino como apertura al don desbordante de Dios que hace fecundo el sacerdocio".

De esta forma el Papa les ha pedido cuidar mucho la vida espiritual "que es la fuente de la libertad interior, cultivando la vida de oración y haciendo del trabajo cotidiano un gimnasio de la santificación".

Además, Francisco ha evocado al beato Juan XXIII que fue representante pontificio en diversos países y que invitaba a centrarse "en la verdad, justicia, caridad" y que afirmó que "cualquier otra forma de actuar, no es más que apariencia y búsqueda de afirmaciones personales, que rápido traicionan y se convierten en incómodas y ridículas".

Al finalizar el encuentro, el Papa les ha invitado a emprender el servicio a la Santa Sede con el mismo espíritu del beato Juan XXIII y, pidiéndoles que recen por él, les ha encomendado a la Virgen María y a su patrón San Antonio Abad.