Así, el Pontífice ha retomado las catequesis sobre el misterio de la Iglesia del Año de la fe y ha destacado la imagen de "Madre" al afirmar que el Concilio Vaticano II aseguró que la Iglesia es "madre en la fe, en la vida sobrenatural".
En esta línea, el Papa ha asegurado que "ante todo, la Iglesia es madre porque engendra nuevos cristianos" ya que el Bautismo "los hace nacer a la vida divina y establece con ellos un vínculo vital, interior, como el de una madre con sus hijos" y ha preguntado a los presentes si recordaban la fecha de su bautismo.
Asimismo, Francisco ha precisado que la Iglesia, "como buena madre", ayuda a "crecer y a ser responsables, alimenta, educa, cuida con ternura a lo largo de la vida", además de anunciar "la Palabra de Dios como luz para el camino, nutre con la Eucaristía, procura el perdón divino, sostiene en los momentos de sufrimiento y dificultad".
Por último, el Papa ha destacado que todos los que forman parte de la Iglesia -pastores y fieles- están llamados a "colaborar en la transmisión de la fe, en el anuncio del Evangelio, en la atención a los necesitados para hacer fecunda a la Iglesia".
En su saludo a los peregrinos de lengua española se ha detenido en particular a los provenientes de España, México, El Salvador, Venezuela, Paraguay, Colombia, Argentina y los demás países latinoamericanos y les ha animado a invocar juntos al Espíritu Santo "para que conceda fecundidad a la Iglesia, no le permita que se cierre en sí misma, y salga a llevar la luz de Cristo hasta los confines de la tierra".
Además, en su mensaje a los peregrinos en lengua árabe ha saludado en particular a los provenientes de Siria, Líbano e Irak y ha insistido que "la Iglesia es madre que comparte con sus hijos las alegrías y los dolores, los fracasos y éxitos, las caídas y las victorias".