El Pontífice así lo manifestó antes numeros obispos cameruneses y cerca de 20.000 sacerdotes, religiosos y religiosas, con los que celebró en la basílica de María Reina de los Apóstoles, de Yaundé, las vísperas de la festividad de San José, que es además su onomástica (se llama Joseph).
El Papa les dijo que tienen que ser servidores fieles y sabios, "ya que la inteligencia sin fidelidad y la fidelidad sin inteligencia son cualidades insuficientes, pues la una sin la otra no permite asumir plenamente la responsabilidad que Dios nos confía".
El Obispo de Roma subrayó que la celebración de la Eucaristía debe ser el centro de la vida sacerdotal y que deben saber que cuando celebran ese sacramento lo hacen en nombre y en la persona del Señor.
"No es la persona del cura la que está en primer plano, él es un servidor, un humilde instrumento que lleva a Cristo", afirmó el Papa, que les advirtió sobre el que se puedan sentir más que otros por sus cargos y echando manos al evangelio de Lucas resaltó la frase "...a menudo un hombre de escaso valor está por encima de gente mejor y a veces sucede que el inferior vale más que quien le manda".
Tras esa frase, Benedicto XVI manifestó que "quien ha recibido una dignidad no se hinchará de orgullo por su cargo más elevado y sabrá que su inferior puede ser mejor que él".
El Papa destacó la figura de José, del que dijo "que no fue el padre biológico de Jesús y ejerció una paternidad total y completa", y subrayó que ser padre significa sobre todo "ser servidor de la vida y del crecimiento".
A las vísperas asistieron representantes de las iglesias cristianas presentes en Camerún, a los que invitó a buscar la unidad de los cristianos, que dijo que para los católicos es un "gran desafío".
Benedicto XVI se reunirá mañana con representantes musulmanes y celebrará una misa que se espera multitudinaria en el estadio "Amadou Ahidjo" de Yaundé.
Durante la misma entregará a las Conferencias Episcopales de Africa el "Instrumentum laboris" (documento de preparación) del II Sínodo para Africa que se celebrará en octubre de 2009 en el Vaticano.