El Papa a los sacerdotes: "El ministro de Jesús ha venido para servir y no para ser servido"

EUROPA PRESS 03/11/2015 12:32

"El ministro de Jesús ha venido para servir y no para ser servido, solo puede ser un pastor preparado para dar su vida por las ovejas", ha reclamado Francisco en la homilía.

Durante la eucaristía que ha sido ofrecida a los 12 cardenales y 99 arzobispos y obispos muertos entre el 26 de octubre de 2014 y el 26 de octubre de 2015 ha subrayado que "no hay que inquietarse por lo que falta aquí, sino por el tesoro de allí arriba (*) que sea suficiente la Pascua del Señor para estar libres de las fatigas de lo efímero que pasan y se desvanecen en la nada".

Así, el Pontífice ha pedido a los clérigos que no sean solo "funcionarios que prestan servicio, sino hijos amados que donan la vida por el mundo", que elijan el amor "humilde" que "permanece victorioso hasta la eternidad", un amor "que no grita, no se impone, pero sabe esperar con fidelidad y paciencia".

En este sentido, ha detallado que los que sirven y donan parecen a los ojos del mundo como perdedores, pero que solo "perdiendo la vida, se encuentra de nuevo". Por ello, ha destacado que "una vida que se ha desprendido de sí misma, perdiéndose en el amor, imita a Cristo: vence a la muerte y da vida al mundo". "Quien sirve salva. Al contrario de quien no vive para servir, que no sirve para vivir", ha exclamado.

Además, ha recordado que la misión de los hombres de Iglesia es "servir" y ha pedido que sea renovada esa promesa de servicio hacia la Iglesia. "Lo pide el Señor, que como un siervo ha lavado los pies a los más íntimos discípulos, para que lo hagamos también nosotros", ha expresado.

Asimismo, ha reflexionado sobre la muerte y ha dicho que Dios ha amado tanto al mundo que ha aprehendido la muerte. "Esto es el abajamiento que el hijo de Dios ha cumplido, inclinándose como un siervo hacia nosotros para asumir todo cuanto es nuestro, hasta que se abren las puertas de la vida", ha señalado.

Por ello, ha reivindicado la humildad de Jesús en su victoria que en la cruz "deja que el mal y la muerte se revuelvan contra Él, mientras Él continúa amando". Francisco ha reconocido que esto es difícil de aceptar porque se trata de un "misterio". Sin embargo, ha explicado que el secreto de este misterio está en la "humildad" y en la "fuerza del amor". "Jesús ha quitado el mal y además lo ha transformado en bien", ha agregado.

"No ha cambiado las cosas de palabra, sino con los hechos; no en la apariencia, sino en la sustancia; no en la superficie, sino en la raíz. Ha hecho de la cruz, un puente hacia la vida", ha especificado finalmente.