Durante la audiencia general de este miércoles, Francisco ha recordado así a la santa de Ávila, carmelita descalza y ha resaltado su "dedicación a la Iglesia" y su "vida mística". Por otro lado, ha hecho referencia a que mañana se cumple el 36 aniversario de la elección de San Juan Pablo II.
Durante la catequesis, el Papa ha explicado la diferencia entre optimismo y esperanza cristiana. "La esperanza no es un mero deseo o un optimismo, sino la plena realización del misterio del amor divino", ha expresado.
Ha afirmado, además, que la Iglesia "tiene la misión de mantener encendida la lámpara de esa esperanza, como signo seguro de la salvación", mientras que ha llamado a preguntarse si de verdad se es "testigos luminosos y creíbles de esa esperanza", si las "comunidades manifiestan la presencia del Señor y la espera ardiente de su venida" porque sino -ha advertido el pontífice- se corre el riesgo "de agotar el aceite de la fe y perder la alegría".
"¿Nuestras comunidades son testigos luminosos de esperanza o están cansadas bajo el peso de la fatiga y la desesperación?, ha preguntado el Pontífice.
Así, ha explicado "el destino final del pueblo de Dios" y cómo el Apocalipsis presenta dos imágenes: "la esposa que espera a su Esposo, que habla del proyecto de comunión con la persona de Jesús que Dios ha trazado a lo largo de la historia, y la Nueva Jerusalén, que evoca el lugar donde todos los pueblos se reunirán junto a Dios".