El Papa pide que no se usen las redes sociales para el "linchamiento moral" del distinto

EUROPA PRESS 22/01/2016 12:07

En este sentido, ha precisado que el acceso a las redes sociales lleva consigo una responsabilidad por el otro, que no se ve pero que es real, y que hay que respetar la dignidad. "La red, bien utilizada, puede hacer crecer una sociedad sana y abierta a la puesta en común", ha incidido.

Por todo ello, ha advertido de que no es "la tecnología" la que determina si la comunicación es "auténtica o no", sino el corazón del hombre y su capacidad "para usar bien los medios a su disposición". "El entorno digital es una plaza, un lugar de encuentro, donde se puede acariciar o herir, tener una provechosa discusión o un linchamiento moral", ha advertido.

En este sentido, ha recalcado que sólo las palabras pronunciadas con amor y acompañadas de mansedumbre y misericordia tocan los corazones de quienes son pecadores, entre los que se ha incluido. "Palabras y gestos duros y moralistas corren el riesgo hundir más a quienes querríamos conducir a la conversión y a la libertad, reforzando su sentido de negación y de defensa", ha enfatizado.

El Obispo de Roma ha incidido en la necesidad de que "las palabras y las acciones sean apropiadas para salir de los círculos viciosos de las condenas y las venganzas, que siguen enmarañando a individuos y naciones, y que llevan a expresarse con mensajes de odio". "La palabra del cristiano, sin embargo, se propone hacer crecer la comunión e, incluso cuando debe condenar con firmeza el mal, trata de no romper nunca la relación y la comunicación", ha agregado.

NO JUZGAR A LAS PERSONAS

El Papa ha pedido que el modo de comunicar nunca exprese "el orgullo soberbio del triunfo sobre el enemigo", ni humille "a quienes la mentalidad del mundo considera perdedores y material de desecho" al tiempo que ha reclamado un estilo comunicativo que "supere la lógica que separa netamente los pecadores de los justos". "Nosotros podemos y debemos juzgar situaciones de pecado - violencia, corrupción, explotación, etc. -, pero no podemos juzgar a las personas, porque sólo Dios puede leer en profundidad sus corazones", ha resuelto.

El Pontífice, que ha señalado que la misericordia puede ayudar a "mitigar las adversidades de la vida y a ofrecer calor a quienes han conocido sólo la frialdad del juicio", ha instado a los líderes políticos a estar "atentos al modo de expresase cuando se refieren a quien piensa o actúa de forma distinta, o a quienes han cometido errores".

"Es fácil ceder a la tentación de aprovechar estas situaciones y alimentar de ese modo las llamas de la desconfianza, del miedo, del odio. Se necesita, sin embargo, valentía para orientar a las personas hacia procesos de reconciliación. Y es precisamente esa audacia positiva y creativa la que ofrece verdaderas soluciones a antiguos conflictos así como la oportunidad de realizar una paz duradera", ha explicado.

Para el Papa, la comunicación tiene el "poder de crear puentes, de favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo de este modo la sociedad". En este sentido, ha destacado la belleza de "ver personas que se afanan en elegir con cuidado las palabras y los gestos para superar las incomprensiones, curar la memoria herida y construir paz y armonía".

Asimismo, ha invitado a descubrir "el poder de la misericordia para sanar las relaciones dañadas y de volver a llevar paz y armonía a las familias y a las comunidades". Por ello, ha pedido que el lenguaje de la política y de la diplomacia "se deje inspirar por la misericordia, que nunca da nada por perdido". "Nuestra tarea es amonestar a quien se equivoca, denunciando la maldad y la injusticia de ciertos comportamientos, con el fin de liberar a las víctimas y de levantar al caído", ha agregado.

Así, ha reconocido que algunos piensan que "una visión de la sociedad enraizada en la misericordia es injustificadamente idealista o excesivamente indulgente". Por ello, ha pedido que se pruebe reflexionar sobre "las primeras experiencias de relación en el seno de la familia".

El Papa ha llamado a pensar en la sociedad, "no como un espacio en el que los extraños compiten y buscan prevalecer, sino más bien como una casa o una familia" y, para ello, considera fundamental escuchar.

"Escuchar significa también ser capaces de compartir preguntas y dudas, de recorrer un camino al lado del otro, de liberarse de cualquier presunción de omnipotencia y de poner humildemente las propias capacidades y los propios dones al servicio del bien común. Escuchar nunca es fácil. A veces es más cómodo fingir ser sordos. Escuchar significa prestar atención, tener deseo de comprender, de valorar, respetar, custodiar la palabra del otro", ha comentado.