Un paralítico vuelve a andar gracias al bótox

INFORMATIVOS TELECINCO 05/06/2009 07:47

El periódico Timesonline.com explica que Russell McPhee era un saludable trabajador australiano que jugaba al fútbol, al cricket y al baloncesto cuando, con 26 años, se derrumbó en el trabajo. Cuando se despertó en el hospital, le dijeron que sufría parálisis y que nunca volvería a caminar. "Sentí que mi vida había acabado", explica. "Perdí mi trabajo, mi mujer me dejó y acabé sin nada".

Su rápida mejora se ha producido después de un tratamiento con bótox, con inyecciones de la toxina botulínica en el Hospital St John of God Nepean en Frankston, Victoria. Sólo un mes después de su primera inyección, Russell era capaz de ponerse en pie y caminar unos pocos pasos con una persona ayudándole. Ahora puede caminar la distancia de una habitación sólo con la ayuda de una mano guiándole sobre su brazo.

Tratamiento para parálisis

El bótox es un tratamiento aceptado para este tipo de parálisis . Ya era usado para tratar espasmos musculares antes de que fuera adoptado para uso cosmético. Los pacientes normalmente muestran mejores efectos si son tratados poco después de presentarse la parálisis. Mejora tan espectacular como la de Russell tanto tiempo después de iniciarse la enfermedad es muy rara. El profesor John Olver, uno de los mayores expertos australianos en parálisis, ha explicado que la recuperación de McPhee después de tanto tiempo en una silla de ruedas es "altamente inusual pero bastante factible".

Fuerza de voluntad

El médico de McPhee, Nathan Johns, ha explicado que "el bótox por sí sólo no hubiera hecho nada sin la extraordinaria fuerza de voluntad del paciente". "Normalmente dar a un paciente bótox alivia la rigidez relajando el músculo, pero también debilita el músculo lo que significa que el paciente no recupera mucha movilidad", indica el doctor Johns, un especialista en rehabilitación.

McPhee intentó, a lo largo de los años, salir de su silla de ruedas y ponerse en pie por sí mismo. No tuvo éxito. Tan sólo se mantenía unos pocos segundos sobre sus pies antes de caer. "A menudo me quedaba tendido en el suelo durante horas esperando que alguien tropezara conmigo y me recogiera", apunta. Estos repetidos intentos de ponerse en pie, sin embargo, crearon un músculo lo suficientemente fuerte sobre el que los médicos y los fisioterapeutas han podido trabajar.

El doctor Johns indica que "inyectamos la toxina botulínica directamente en sus músculos hace 18 meses. Después de diez días, los músculos empezaron a relajarse y, en 12 semanas, hizo efecto y empezó la fisioterapia intensiva, con lo que vimos una mejora muy marcada".

"El botox te curará"

El viaje a la movilidad de McPhee se inició cuando encontró a su actual compañera, Kerry Crossley, que se empeñó en ayudarle a caminar de nuevo. Kerry le recomendó al doctor Johns que, fue según Russell, "la primera persona que me dio esperanza". "El doctor me echó una mirada y me dijo: "el bótox te curará".

"La primera vez que pude caminar fue increíble. Mi hijo tenía sólo unos pocos meses cuando sufrí la parálisis y siempre he querido enseñarle que podía caminar como otros padres". Ahora, los planes de futuro de McPhee pasan por caminar sin ninguna ayuda. "Quiero bailar con Kerry y jugar al baloncesto con mi hijo", señala.