La pasteurelosis, originada por una bacteria, causa de la muerte de más de cien ciervos

AGENCIA EFE 16/08/2010 12:10

Así lo han confirmado hoy fuentes de la Junta de Castilla y León mediante un comunicado, en el que ha adelantado que se adoptarán medidas en función del informe sobre el fallecimiento de los animales elaborado por el Centro Nacional de Veterinaria de Algete (Madrid) y remitido hoy a la Consejería de Agricultura y Ganadería.

La muerte de los ciervos se inició en la reserva de caza de la Sierra de la Culebra y se ha extendido a 21 cotos privados de la provincia, algunos de ellos limítrofes con Portugal, y a la Sierra de la Cabrera en la provincia de León.

Se calcula que cerca del dos por ciento de la población de ciervos de Zamora, un total de 95 ejemplares de entre 4.000 y 5.000 que habitan los cotos y las reservas de caza de la provincia zamorana, ha muerto en los últimos días a causa de la enfermedad, según datos aportados por el Ejecutivo autonómico el pasado viernes, que incluyeron también el fallecimiento de diez animales en León.

Una vez desvelado el origen de las muertes, se han sucedido las reacciones de expertos y representantes de organizaciones agrarias acerca de las repercusiones de la enfermedad.

El presidente del Consejo General de Veterinarios de España, Juan José Badiola, ha dicho que "con toda probabilidad" la muerte por Pasteurelosis se ha desencadenado por los cambios tan bruscos de temperaturas registrados en las últimas semanas.

Badiola ha explicado en declaraciones a EFE que esta enfermedad está causada por una bacteria común denominada "Pasteurella", que habita en el aparato respiratorio de los rumiantes domésticos y salvajes y que en ocasiones, cuando se multiplica, les puede originar la muerte, como ha sido el caso de estos ciervos, una especie "especialmente sensible" a esta enfermedad.

La "pasteurella" es una bacteria que está ahí, vive habitualmente en el aparato respiratorio de los animales, y "lo que pasa es que ante una bajada de defensas por una diferencia drástica de temperaturas en poco tiempo, como es el día y la noche, ésta empieza a multiplicarse de forma muy elevada; es cuestión de horas".

Tras conocer el nombre de la enfermedad, el PSOE de Castilla y León ha denunciado que la falta de recogida de los cadáveres de los ciervos contribuye a que "los mastines y las alimañas" los devoren, con el riesgo de que la "epidemia" pase a la "cadena alimentaria del ecosistema".

El procurador socialista Manuel Fuentes ha señalado en rueda de prensa que la Junta de Castilla y León está "inactiva" ante el problema de la muerte de un número de ejemplares que ha calculado en "más de trescientos ciervos" y ha exigido una investigación de las causas y que el Ejecutivo regional informe de ellas a los responsables de los cotos.

Como especialista, el veterinario y colaborador del Área de Toxicología de la Universidad de León Javier Merino ha asegurado a EFE que la pasteurelosis "no se va a contagiar al ganado".

Merino se ha mostrado cauto y ha añadido que "hay que esperar a conocer los informes que tiene la Junta de los análisis que se han hecho a los ciervos muertos" pero, "en principio, nada hace pensar que esta enfermedad se pueda contagiar al ganado".

Ha hecho una llamada a la calma y ha destacado que "no hay motivo para generar ningún tipo de alarma porque, además, es un porcentaje muy reducido de ciervos el que se ha muerto teniendo en cuenta que en la Sierra de la Culebra hay más de 4.000 ejemplares".

En cuanto a las causas del desarrollo de esta enfermedad, Javier Merino ha apuntado a las altas temperaturas de las últimas semanas, "el agotamiento del pasto porque está seco y no alimenta lo suficiente, con la consiguiente bajada de las defensas de los animales, además de la gran densidad de estos ejemplares que hay en algunas zonas, y que ha facilitado el contagio".

Las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA han abogado por la cautela y han exigido a la administración el máximo control para evitar nuevos brotes, a la vez que en algunos casos han expresado también su temor ante la posibilidad de que pudiera contagiarse también el ganado.