Phoebe era una niña normal y ahora se ha convertido en una pequeña más tranquila y retraída a causa de las heridas que el perro le dejó en la cara. La niña estaba jugando en el jardín de un amigo cerca de su casa cuando sufrió el ataque del can.
"Estaba jugando y de repente el perro se abalanzó sobre mí ", cuenta Phoebe. "No pude escapar. Afortunadamente mi amigo fue capaz de patear al perro y separarlo de mi cara entre gritos y conseguí escapar hacia la casa", explica la pequeña.
"Creo que el perro estaba furioso. No se puede permitir tener mascotas como estas", afirma la madrastra de la pequeña. Ahora, la niña ya se encuentra en casa. La madrasta de la pequeña pide a otros padres que sean precavidos y no permitan a sus hijos jugar cerca de perros.
Claire Pedersen, de 30 años, cuenta que "no podía creer lo que veía cuando apareció la pequeña con la cara cubierta de sangre". "Yo solo siento que la gente debería advertir sobre perros peligrosos", explica. Los dueños del can lo tuvieron durante seis años y nunca antes había dado problemas. El padre de Phoebe cuenta que sabe que los dueños están muy apenado tras el ataque. CGS