"Incluso cuando volví a casa, mi madre tuvo que alimentarme, vestirme, bañarme, mientras yacía completamente insensible como un bebé. Mis padres no podían creer lo que estaba pasando. Yo no recuerdo nada de ese momento", explica Alison.
Según recoge People, Alison tampoco pudo reconocer a sus amigos o seres queridos, ni nada cotidiano como un gato o una bicicleta. Fue entonces cuando sus padres tuvieron que enseñarla todo de nuevo, quienes comenzaron el trabajo lento y constante para reintroducirla en el mundo.
"Desde que sucedió eso, toda mi vida ha girado en torno a tratar de ser normal", asegura Alison. De hecho, ha tenido que cambiar su forma de trabajar y depende en todo momento de su ordenador y del móvil, para evitar así desorientarse.
Hoy en día, Sagese es portavoz de la Asociación de Lesiones Cerebrales de América y espera aumentar la conciencia sobre las lesiones cerebrales a través de su campaña #ChangeYourMind.
Alison admite que los últimos 18 años han estado llenos de dificultades pero quiere que otras personas que han sufrido una lesión cerebral anóxica sepan que todavía hay esperanza.
"Aunque es posible que no puedas hacer las mismas cosas y todo sea mucho más difícil, mantente positivo y sigue siendo fuerte. Creo que eso es lo más importante, incluso si no te sientes como la misma persona, debes saber que todavía estás allí", reflexiona Alison.