La Policía Militar egipcia dispersa por la fuerza a cientos de cristianos coptos que protestaban en El Cairo

EUROPA PRESS 05/10/2011 11:30

La Policía Militar egipcia dispersó por la fuerza este martes por la noche a cientos de cristianos coptos que pretendían hacer una sentada en El Cairo para protestar por los ataques de los que ha sido objeto una iglesia en la provincia de Aswan.

El viernes pasado, unos extremistas musulmanes quemaron la iglesia de Mar Girgis, en la localidad de Merinab. Para expresar su rechazo a este ataque, los manifestantes salieron a la calle el martes por la tarde y se dirigieron hasta el Edificio de la Radio y la Televisión, un rascacielos situado en el centro de la capital, con la intención realizar una sentada.

Durante la marcha pararon el tráfico, y algunas personas quemaron carteles con la imagen del gobernador de Aswan, Mustafa al Sayed, según ha informado el diario 'Al Masry al Youm'. Varios activistas que estaban allí han dicho en la red social Twitter que algunos manifestantes resultaron heridos en los enfrentamientos con los policías militares, que dispararon al aire, y que cinco personas fueron arrestadas temporalmente.

Según el periódico 'Al Ahram', los manifestantes coptos reclamaban igualdad respecto a los egipcios musulmanes y la aprobación de una ley que regule la construcción de iglesias y mezquitas y otra que tipifique como delito los ataques contra lugares de culto.

También pedían la destitución del gobernador de Aswan y la reconstrucción de la iglesia quemada. Al Sayed dijo en la televisión el pasado fin de semana que la comunidad copta de Merinab estaba intentando reconstruir la iglesia sin haber obtenido los permisos necesarios, pero los coptos han presentado unos documentos que demuestran lo contrario.

Las tensiones entre cristianos, que representan un diez por ciento de la población egipcia, y musulmanes han aumentado desde la caída del régimen del presidente Hosni Mubarak, el pasado mes de febrero. En mayo, doce personas murieron en enfrentamientos entre ambas comunidades por los rumores de que un grupo de cristianos retenía a una mujer que se iba a convertir al islam.