La decepción se podía ver en las caras de los más de 1.500 nazarenos que no pudieron salir a procesar con el Cristo de la Buena Muerte. Hasta el último momento, en las puertas de la Universidad, la banda afinaba los instrumentos y estaba todo preparado. Pero las previsiones de un 70 por ciento de lluvia han cumplido todos los presagios. La imagen se queda dentro, y ya es el segundo año consecutivo que sucede. Las lágrimas entre los más pequeños son una muestra de la tristeza generalizada del ambiente.