El radar que más conductores denuncia en España está situado en la provincia de Valencia: en concreto, en el kilómetro 478 de la AP-7, en Sagunto (Valencia). El año pasado cazó a un total de 59.428 conductores, un 1.300 % más que en el año 2018.
Estos datos proceden del informe de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que revela que el conjunto de radares de España realizaron cerca de tres millones de denuncias el año pasado. Cifras que muestran un aumento del 13,3 % en el número de sanciones por radares fijos durante el año 2019 respecto al año anterior.
Por comunidades autónomas, donde más sancionan los radares es en Andalucía, con un total de 680.583 sanciones, el 23,2% del total. Le sigue la Comunidad de Madrid, con el 12,7% de las denuncias, (373.078 sanciones de velocidad). Y cierra el pódium la Comunidad Valenciana (335.953, un 11,4 % del total).
En la parte más baja de la lista está Navarra, con 48.447 denuncias; Cantabria, con 40.147, y La Rioja, con 39.024 sanciones. Son estas las zonas en las que menos actúan los radares.
La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene distribuidos por las carreteras de nuestra geografía 1.000 radares. De esos 1.000 tan solo 50 son los responsables del 41% de las denuncias que sancionan a los conductores por exceso de velocidad. Esto, según la AEA, se atribuye al aumento de la actividad que han experimentado algunos radares. Un ejemplo de este aumento exponencial es el radar que se sitúa en el kilómetro 371,2 de la A-8 en Asturias, que ha pasado de las 460 denuncias en 2018 a 26.039 en 2019, es decir un aumento del 5.660 % en el número de sanciones a conductores.
Los datos muestran que el mayor número de sanciones por parte de los radares fijos en nuestro país se realizan en autopistas y autovías, mientras que el 70% de las muertes en carretera se producen en vías secundarias. El presidente de AEA, Mario Arnaldo, considera que “la DGT debería replantearse su política de radares, ya que no se está consiguiendo el objetivo de evitar los excesos de velocidad, ni los accidentes, convirtiendo los radares en meros instrumentos de recaudación”.