Los veterinarios del centro rescataron a este ruiseñor con una malformación que le hacía difícil caminar. “Es incapaz de abrir sus pies para quedarse de pie o en una rama”, señalan en su web. La lesión había causado que sus patas fueran los nudillos, algo común en las aves jóvenes que hace que sea difícil para ellas posarse en árboles, coger objetos o incluso caminar.
“Esto fue haciendo que el ave se mantuviera de pie con la parte superior de los dedos del pie, que se doblaban hacia abajo causándole una lesión adicional”, indican.
"Necesitábamos ejercitar sus patas con la forma que debían tener", confesó un veterinario de CWC Duane Tom. "Esencialmente, hemos utilizado piezas de cartón con cinta adhesiva pegada a sus patas, con su posición correcta", recalcó.
El tratamiento fue un éxito y el ruiseñor ya no lleva las raquetas y está completamente reestablecido.