El Real Jardín Botánico muestra las distintas variedades de calabazas que cultiva en su huerto

EUROPA PRESS 19/10/2016 17:10

Por ejemplo, en 'Las calabazas del Botánico' se pueden ver y fotografiar una docena de variedades como la calabaza del turbante turco, cabello de ángel, maza de Hércules, la del peregrino o Peter Pan, así como la 'bip max' o la que calabaza de Halloween.

El jardinero del Real Jardín Botánico Eustaquio Bote, responsable de la selección de variedades, ha explicado que hay calabazas originarias de América (Cucurbita) y de África (Lagenaria), aunque su cultivo está muy extendido por otras zonas del mundo, la calabaza es una herbácea rastrera, de la familia de las cucurbitáceas.

Se trata de un fruto voluminoso, generalmente esférico, de corteza gruesa y carne pulposa con multitud de semillas. Tiene un 90 por ciento de agua, muy pocas grasas y azúcares. Entre todas las variedades encontramos prácticamente todos los colores: rojo, verde, amarillo, negro, gris, blanco, naranja e incluso azul, sucediendo de igual manera con las formas: de botella, alargada, redonda, lisa o rugosa.

Según su uso, las calabazas se clasifican en comestibles (para humanos y ganado) y ornamentales. Las plantas cuyo fruto es comestible son anuales, aparradas y con raíces aéreas que nacen de los nudos del tallo. Normalmente se emplean en cremas, guisos, potajes o guarnición. La variedad, de color blanco con dibujos verdes y forma esférica más o menos alargada, se la conoce como 'Confitera de Cidra'. Y con su pulpa se prepara el famoso elemento culinario cabello de ángel.

Desde el Real Jardín Botánico recuerdan que es posible encontrar calabazas en los mercados durante todo el año, aunque las comestibles se restringen de abril a diciembre.

Algunas especies tienen flores comestibles, de color amarillo, con los pétalos soldados en forma de campana. Además de su uso ornamental, también son comestibles, rebozadas o en ensalada y empiezan a tomar protagonismo en la cocina creativa.