El retraso en la vacunación de los países menos desarrollados amenaza la inmunización de los países ricos

  • Si no se logra una inmunidad de rebaño universal pueden aparecer nuevas cepas y se estiman pérdidas económicas de hasta 4,5 billones para los países más desarrollados

  • En NIUS repasamos la situación en lugares como Palestina, India o África para entender las dificultades que afrontan estos países a la hora de vacunar

Unos casos de neumonía de origen desconocido en la ciudad China de Wuhan a finales de diciembre se convirtieron tres meses después en una pandemia global que confinó a 3.900 millones de personas en sus casas. De la misma manera que la propagación del coronavirus ha sido una demostración trágica del 'efecto mariposa', la ausencia de una campaña de vacunación global puede derivar en un 'efecto rebote'.

O nos salvamos todos o nadie estará a salvo. La tardanza en vacunar en los países menos desarrollados puede volverse contra el mundo rico como una venganza en forma de nuevas variantes más contagiosas. Los expertos citan no sólo razones epidemiológicas, también éticas y económicas para impulsar la vacunación de manera rápida y sin excepciones en todo el mundo.

Sin embargo, en estos momentos la colaboración y la solidaridad brillan por su ausencia. Mientras los países ricos han asegurado para su población la mayor parte de la producción de vacunas, en regiones con menos recursos, como América Latina o África, encuentran dificultades para acceder a las inyecciones.

Datos de la Universidad de Duke (Durham, EE. UU.), recogen que los países ricos -el 14% de la población mundial- han acaparado 4.200 millones de dosis. Cerca del 60% de las que las farmacéuticas han negociado. Muchos países dependen de la iniciativa COVAX, impulsada por la OMS y la alianza de vacunas GAVI, con la se financia y facilita la llegada de vacunas a regiones más desfavorecidas.

De acuerdo con las previsiones internas, en la primera mitad del año los países menos desarrollados vacunarán al 3% de la población de los 145 países participantes. Con ese porcentaje no se llega a cubrir ni a toda la población vulnerable ni a los sanitarios, mientras que Europa o Estados Unidos cuentan ya con más del doble de dosis de las que necesitan para vacunar a su población. Desde la OMS han calificado este 'nacionalismo de las vacunas' como "moralmente indefendible".

Además del componente moral, restringir el acceso a la vacuna de los países con bajos ingresos puede ser nefasto a nivel epidemiológico. Que el SARS-CoV-2 continúe expandiéndose y se vuelva endémico en estas regiones puede fomentar la aparición de nuevas variantes, más contagiosas y a la larga más mortales, como ya ha ocurrido en Brasil y Sudáfrica. Ahora mismo el mundo rico se está poniendo unas vacunas cuya efectividad es mucho menor ante estas variantes del coronavirus.

Tampoco supone una ventaja a nivel económico. Un estudio encargado por la Cámara Internacional de Comercio apunta que la economía mundial puede perder entre 1,5 y 9,2 billones de dólares si no se garantiza el acceso universal a la vacuna de la covid. Cerca de la mitad de estas pérdidas recaerían en las potencias más avanzadas. El proyecto COVAX tiene un coste estimado de 27.200 millones. Casi 166 veces menos que los hasta 4,5 billones de pérdidas que pueden tener los países más ricos. Según estas estimaciones, los países más desarrollados sufrirían una caída del 3,9% de su PIB si no se vacuna equitativamente a todo el mundo.

Emiliana Tapia, responsable de Incidencia Política Internacional de la ONG Médicos del Mundo, recuerda que la covid es una crisis que se suma a otras tantas en muchos países. "Aunque los números de contagios sean más bajos, hay regiones que parten de una base muy mala", señala. En muchas zonas los confinamientos han supuesto un golpe duro para la economía y la escolarización. "Para muchos no salir es no comer", añade Tapia.

En NIUS hemos repasado el desafío que plantea una vacunación desigual en lugares de como África, India y el Próximo Oriente, donde el éxito de la vacunación israelí contrasta con la escasez de vacunas para los palestinos.

Israel y Palestina, el muro de las vacunas

En Israel, desde el 20 de diciembre, el 37,2% de la población ha recibido su primera dosis y el 21,9% la segunda, según datos del Ministerio de Sanidad israelí. Además, entre los mayores más vulnerables al coronavirus, más del 75% de la población ha completado el proceso.

Nada que ver con la situación en los territorios palestinos. La campaña de vacunación palestina apenas arrancó el pasado martes, tras recibir 2.000 dosis de Moderna de las autoridades israelíes. La ministra de Salud, Maia al-Kaila, ha asegurado que están en negociaciones con cuatro compañías, para poder vacunar al 70% de sus 5 millones de habitantes. Pero no está claro cuando llegarán las dosis.

El coordinador de Médicos del Mundo en la zona, Marco Velasco, recuerda a NIUS que "la entrada de las vacunas debe ser autorizada por Israel, que es quien controla las entradas y salidas de la zona". La Autoridad Palestina espera inmunizar al 20% de su población con vacunas aportadas por COVAX.

Por el momento, le corresponden 240.000 dosis de AstraZeneca y 37.440 de Pfizer, que deberían llegar a partir de finales de febrero. También recibieron 10.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik la semana pasada, destinadas al personal médico del ministerio de Salud.

Aunque Israel se comprometió a transferir hasta 5.000 dosis para vacunar a los sanitarios palestinos de primera línea, esta una medida insuficiente a ojos de muchas ONG e instituciones. "Como potencia ocupante desde 1967 y de acuerdo al derecho internacional, Israel es la responsable de garantizar las vacunas a la población palestina, como establece el Cuarto Convenio de Ginebra", detalla el cooperante.

El derecho internacional obliga a Israel a procurar vacunas a Palestina, pero solo han entregado 2.000 dosis para los médicos de primera línea

En cambio, el gobierno israelí se escuda en los acuerdos de Oslo, que establecieron en 1993 y 1995 cómo se gobernarían Cisjordania y Gaza hasta alcanzar un acuerdo de paz permanente. Éstos otorgan a la autoridad palestina la supervisión de la salud pública, bajo los principios de la autodeterminación. A su vez, desde los territorios ocupados señalan, que el pacto contempla coordinar esfuerzos entre Israel y Palestina en casos de epidemia.

En la situación actual, la población israelí asentada en Gaza y Cisjordania es vacunada, a pesar de que, como apunta Velasco "se trata de asentamientos ilegales". En la Jerusalén Oriental ocupada, los palestinos también reciben vacunas, al igual que los médicos que trabajan en los seis hospitales palestinos de la zona. Esto ocurre porque estas personas tienen estatus de residentes y seguro médico israelí.

Sin embargo, los cerca de 133.000 palestinos que cada día cruzan desde Cisjordania a Israel para trabajar, según datos de la Oficina Central de Estadísticas de Palestina, no han sido vacunados. Con lo que, si los palestinos no se vacunan, el virus puede continuar extendiéndose, dado el contacto entre ambas poblaciones.

India, la gran esperanza de los países pobres

India es primer productor mundial de vacunas. Fabrica anualmente más del 60% de las inyecciones vendidas en todo el mundo. Pero su capacidad técnica no borra las dificultades de la vacunación doméstica.

"El principal problema en India no es la falta de recursos económicos, sino la ingente cantidad de población a la que hay que distribuir la vacuna", confirma a NIUS Rajat Goyal, director de IAVI en India. Se trata de una ONG que ayuda a investigar y distribuir medicación y vacunas asequibles en regiones desfavorecidas.

Por el momento, en los primeros 15 días desde el inicio de la campaña, se ha inoculado a 3 millones de sanitarios y otros trabajadores esenciales. Puede parecer un numero alto, pero a este ritmo se necesitarían 18 o 19 años para vacunar a sus casi 1.400 millones de habitantes. "Esto también obliga a buscar una amplía cartera de vacunas, ya que cada fabricante suele tener acuerdos con una sola compañía", comenta el doctor Goyal.

De hecho, el Instituto SerumPrevén tener 400 millones de dosis hasta julio. También ha habido negociaciones de Rusia con compañías indias para producir la vacuna Sputnik en el país, con la que están realizando ensayos clínicos en suelo indio, una exigencia que impone Nueva Delhi a las compañías que quieran distribuir el antídoto en su país. Muchos países de menos recursos han recurrido a este tipo de contratos para tener prioridad en la adquisición de vacunas, ante los grandes contratos de precompra de Occidente.

Uno de los obstáculos que encuentran es el veto que ha recibido la propuesta de Sudáfrica e India para suspender las patentes de las vacunas covid hasta que finalice la pandemia. En octubre, plantearon a la Organización Mundial del Comercio que compartir el conocimiento técnico ayudaría a agilizar la fabricación de vacunas más asequibles. Hay precedentes: Jonas Salk y Albert Albin, inventores de las vacunas de la polio, nunca las patentaron. También ocurrió con los tratamientos retrovirales para el VIH. La presión internacional consiguió rebajar su precio.

India es uno de los mayores productores de vacunas a nivel mundial y ya está produciendo las dosis de AstraZeneca para uso doméstico

India pone sus esperanzas también en una vacuna autóctona, la que ha desarrollado la farmacéutica Bharat Biotech. El Gobierno la autorizó a principios de enero. Está vacuna es de dos dosis, pero no necesita conservarse congelada. Al igual que la de AstraZeneca y la futura de Novavax, se adapta mejor a las condiciones climáticas y el sistema sanitario de regiones más desfavorecidas. "A medida que la capacidad productiva de China, Indonesia, Brasil o India aumente, mayor será su responsabilidad de ayudar a otros países", recalca el doctor Goyal.

Goyal también apunta a otro problema: la desconfianza de la población a ponerse vacunas, como ya ha ocurrido previamente con la de la polio o la difteria. Según una encuesta realizada por el Consejo Nacional de Investigación de Economía Aplicada (NCAER, en sus siglas en inglés), en torno al 20% de la población India no se pondría la vacuna de la covid y otro 15% tiene dudas. "Esto supone un obstáculo si se quiere lograr la inmunidad de rebaño", dice el director regional de IAVI.

África, la gran olvidada

Nuestra última parada es la región más invisible en la lucha contra la covid: África. A primera vista parece que el continente no ha salido tan mal parado en la pandemia. Salvo Sudáfrica, la mayoría de países parece que han capeado el temporal, ya sea por tener una población joven o por una menor circulación del virus. Pero hay que tener en cuenta que pocos países han hecho gran cantidad de tests y que los sistemas de reporte de la mortalidad no son fiables.

En África la covid es una crisis que se suma a otras tantas: hambrunas, conflictos armados y otras epidemias. "Con los confinamientos ha sido difícil mantener los servicios sanitarios en marcha. Se han congelado muchas campañas de vacunación, se han cancelado muchos servicios de especialistas", comenta Emiliana Tapia de Médicos del Mundo.

Aunque el número de casos y muertes registrados en África no es tan alto como en otras regiones, la pandemia ha paralizado la asistencia sanitaria en muchos lugares

El problema es que, en África, la pandemia tiene visos de volverse endémica. De acuerdo con la Unión Africana (UA), no será hasta finales de 2022 cuando se haya logrado vacunar al 60% de la población del continente, mientras el mundo rico espera alcanzar ese objetivo este verano. El retraso puede fomentar la aparición de nuevas cepas. Y, aunque eso no ocurriese, la aparición de la variante sudafricana, los problemas de conservación y distribución de las dosis y la fragilidad del sistema sanitario son grandes obstáculos. "En África hay 2,8 médicos por 10.000 habitantes, en Europa 33,8", remarca Tapia, "hay países que tienen tres UCI en todo el territorio".

El acceso a la vacuna es complejo, ante el acaparamiento de las vacunas por parte de Occidente. COVAX ha asegurado que se administrarán 90 millones de vacunas en la primera mitad de este año. Aunque esto solo cubrirá al 3% de la población -se espera poder ampliar el porcentaje al 20% para final de año-. Además de las vacunas aportadas por COVAX, la Unión Africana ha asegurado 670 millones de dosis, que se distribuirán entre 2021 y 2022.

Tapia también hace hincapié en las poblaciones especialmente vulnerables, a las que es difícil hacer llegar la vacuna. "Hay muchas personas desplazadas por conflictos, por catástrofes naturales", explica. A esto se suma la alta prevalencia de enfermedades como el sida, la diabetes, la malaria o la tuberculosis, que pueden suponer un factor de riesgo ante el SARS-CoV-2.

El punto positivo es que la región, por desgracia, tiene mucha experiencia en llevar a cabo grandes campañas de vacunación, con enfermedades como el sarampión o la viruela. Aquí será importante el apoyo de organizaciones como la OMS o UNICEF -que se encargará de distribuir las vacunas de COVAX-. "Pero en este caso la vacuna tiene sus particularidades y la cantidad de personas a inocular es mucho mayor", matiza Tapia. Se estima que la población total del continente es de 1.300 millones de habitantes.

África tardará más en recuperarse del impacto del coronavirus. El Fondo Monetario Internacional prevé que será la región que menos crecerá este año. Algunos países también han tenido que pedir préstamos para poder negociar las pocas vacunas que llegarán. "Muchas naciones ya están en una situación de endeudamiento grave, que se acentuará en el medio-largo plazo", se lamenta Tapia. A raíz de la crisis 32 millones de personas más han caído por debajo del umbral de la pobreza, según el Banco Mundial. Si no se acelera la campaña de inmunización, muchos países tardarán años en recuperar el nivel económico previo a la pandemia. Y, aquí también, los países ricos sufrirán el efecto rebote en forma de oleadas migratorias.

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