En Barcelona, se reunieron unas 200 personas. No fueron los 732 que habían confirmado su asistencia en Facebook, pero lograron hacerse notar.
La yincana estaba organizada por Barnamob, grupo destinado a la organización de flashmobs, es decir, acciones organizadas en las que un gran grupo de personas se reúne de repente en un lugar público, realiza algo inusual y luego se dispersa rápidamente.
Antes de salir, Eloy, portavoz de Barnamob, lanzó una advertencia a los participantes: quedaban prohibidos los tangas y los calzoncillos horteras porque "esto no va de exhibicionismo, sino de crear una situación divertida".
Antes de entrar, repartidos en grupos, cada uno llevaba un mapa con la hora en la que debían quitarse los pantalones. A la hora indicada, procedieron a quitarse los pantalones ante la mirada atónita del resto de viajeros. Los que también parecían ajenos a las miradas eran los propios protagonistas de la acción, ya que, una vez guardados los pantalones en el bolso, seguían actuando con total normalidad.
Las normas del evento exigen que los participantes se comporten con naturalidad y que, cuando viajen en el vagón sin los pantalones, se dediquen a "hacer sudokus, leer revistas, periódicos, escuchar música o, simplemente, hablar con la persona que les acompañe" y que alguien pregunta por el motivo de tan escasa vestimenta respondan que se debe a la comodidad.
El grupo creado en Facebook con el evento correspondiente a Madrid contaba con 150 asistentes que iniciaron la ruta en Nuevos Ministerios.
Es el noveno año en que se celebra esta cita por todo el mundo. Entre los viajeros, también hay personas que se encargan de fotografiar y grabar en video el resultado de la cita para después distribuir los videos a través de Internet.