No hay viento ni lluvia que haga olvidar a sus dos pequeños. Al fijarse en sus nombres escritos aparece la tristeza. Este parque albergará los juegos que sus hijos ya no disfrutarán. Sus amigos y familiares se emocionan y agradecen el homenaje. Mientras Ruth marcha la lluvia arrecia en un parque en donde el recuerdo de sus hijos se mantendrá para siempre.