Scilingo no podrá recurrir su condena en España

EFE 13/03/2009 13:48

El Tribunal Supremo español desestimó su petición al considerar que no hay nuevos elementos de prueba o nuevos hechos posteriores a la sentencia que pongan de manifiesto la inocencia del condenado.

El alto tribunal español elevó en julio de 2007 de 640 a 1.084 años de prisión la condena que la Audiencia Nacional impuso en abril de 2005 al ex militar argentino por un delito de lesa humanidad en relación con 30 muertes con alevosía, detención ilegal y torturas.

Según el auto de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Scilingo no podrá presentar el recurso "extraordinario" ante este tribunal porque para ello es necesario que hayan aparecido nuevos elementos de prueba o nuevos hechos posteriores a la sentencia y que, por tanto, no hubieran podido tenerse en cuenta en el proceso, que pongan de manifiesto la inocencia del condenado.

Scilingo alegó, para intentar revisar las condenas, que había documentos que suponían la existencia en el caso de un posible pacto o "precio convenido" de un evidente falso testimonio.

Pero, el Tribunal Supremo, de acuerdo con la Fiscalía, sostiene que no hay hechos nuevos o elementos de prueba que evidencien la inocencia del condenado.

Considera asimismo que el intento de Scilingo no es un "verdadero" recurso de revisión, sino la apertura de otra fase procesal para un nuevo examen de los elementos de juicio ya disponibles, lo que, concluye, carece de apoyo legal, por lo que lo desestima.

El 19 de abril de 2005, la Audiencia Nacional le había condenado a 640 años de cárcel por detención ilegal y torturas durante la dictadura argentina, en la primera resolución por delitos de lesa humanidad dictada en España.

Al elevar la condena, el Tribunal Supremo estimó en parte el recurso que interpusieron las acusaciones particulares en nombre de Marta Bettini de Francese y otros, al considerar el Alto Tribunal que Scilingo es autor de crímenes contra la humanidad, según el derecho internacional.

Bettini de Francese relató durante el juicio cómo entre 1976 y 1977 fueron asesinados su hermano y su abuela y, desaparecieron su marido, el teniente de corbeta Jorge Devoto, y su padre, el catedrático de derecho Antonio Bettini.

Scilingo llegó voluntariamente a España el 6 de octubre de 1997 para confesar su participación en los llamados "vuelos de la muerte", aunque luego se retractó.

Según las conclusiones de la Audiencia, el ex militar ingresó poco antes de las Navidades de 1976 en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y "pretendió formar parte" del grupo de tareas que allí funcionaba, aunque finalmente "tuvo que conformarse" con ser jefe de electricidad y de automoción.

La sentencia indicaba que Scilingo conocía las torturas a las que se sometía a los secuestrados en el sótano del Casino de Oficiales de la ESMA y relata que fue testigo del interrogatorio realizado a una joven a la que se le aplicó la "picana" eléctrica.

También decía que conoció la existencia de "asados" en la ESMA, donde se carbonizaban los cadáveres de las personas que fallecían, ya que facilitó el material necesario para ellos, y que participó como conductor en el secuestro de una persona.