La mayoría de las personas que han acudido a los campamentos son inmigrantes, por ser el sector de la población que menos posibilidades tiene de pernoctar con familiares o amigos en estas circunstancias. Algunos de ellos han preferido dormir al aire libre ante el temor de otro temblor.
Oscar Viacis, de Ecuador, cuya vivienda de la calle General Itier se encuentra muy afectada, duerme en una tienda de campaña del Ejército junto con su esposa y sus dos hijas, después de que anoche tuviera que hacerlo al raso.
Floren Esfitian, de Rumanía, prefirió pernoctar de nuevo en un jardín y con mantas porque todavía teme que le ocurra algo a techo cubierto.
Mohamed Mahid, de Marruecos, se mostró contento por poder comer esta noche y dormir en una cama, después de la noche de frío que vivió en el día de ayer.
El centro de coordinación de emergencias ha sido un ir y venir de cientos de funcionarios, militares y voluntarios en las primeras horas de la noche que trabajaban para que nadie se quedara sin un techo bajo el que dormir.
4.500 camas disponibles
Fuentes del gobierno murciano han informado de que Cruz Roja ha dispuesto esta noche de 4.500 camas, mientras que la unidad especial del Ejército para labores de emergencia (UME) tenía unas 1.300 con posibilidad de ampliarlas según las necesidades, y de hecho centenares de camastros aguardaban en el campamento de Santa Quiteria a la espera de que fueran necesarios.
El alcalde de Lorca, Francisco Jódar, ha informado de que varias familias pudieron han podido regresar a sus hogares, razón por la cual era menor el número de personas asistidas.
Los ingenieros y arquitectos voluntarios han reanudado a primera hora las tareas de evaluación de daños en las viviendas, lo que puede facilitar que mañana sea menor el número de personas que se vean obligadas a dormir fuera de sus casas. BQM/EBP