"Semana antitransgénica en España"

CRISTINA GONZÁLEZ SÁNCHEZ 18/04/2009 00:00

Los alimentos transgénicos "suponen un grave peligro para el medioambiente, la salud y la economía", según Juan Felipe Carrasco, responsable de las campaña de Greenpeace contra este tipo de alimentos. "El Gobierno español ni siquiera inició una investigación con los efectos adversos que pueden provocar cuando permitió el cultivo", explica Carrasco. La posición del Gobierno español sobre este asunto se basa en un "equilibrado respeto" a las opiniones de la comunidad científica acreditada y a la libertad de los agricultores y los consumidores, según comunicaron tras la prohibición alemana.

Una manifestación ha cerrado en Zaragoza "la semana antitransgénicos". La elección de la capital maña no es una casualidad. El Valle del Ebro (Aragón y Cataluña) concentran el 80 % de los cultivos españoles de maíz transgénico. Las asociaciones ecologistas denuncian la falta investigación sobre las consecuencias de los alimentos transgénicos mientras confirman que nuestro país se ha convertido en el principal productor de alimentos modificados genéticamente.

"No hay investigaciones suficientes sobre los efectos que pueden tener en la salud humana, por lo que algunos cultivos autorizados se han prohibido", explica David Sánchez desde la organización Amigos de la Tierra. El Gobierno alemán decidió prohibir el cultivo del maíz transgénico MON 810, de la multinacional estadounidense Monsanto este martes. Este tipo de maíz modificado genéticamente es el único autorizado en Alemania y en la UE. Las autoridades alemanas han decidido suspender su uso porque 'entraña riesgos para el medio ambiente'.

"El maíz BT produce daños en el hígado. Además, se ha comprobado en ratones que produce pérdida de fertilidad", según Greenpeace. Estas declaraciones de la organización ecologista se han visto respaldadas por las declaraciones de la ministra alemana de agricultura Ilse Aigner que explicó tras la decisión del país germano de prohibir este cultivo que 'existen pruebas suficientes de que el maíz del tipo MON 810 implica un deterioro para los ecosistemas y daña el sistema inmunológico de los ratones". Estas declaraciones y la prohibición alemana respaldan e impulsan la manifestación y los actos de las organizaciones ecologistas.

Desaparición del cultivo tradicional

David Sánchez, responsable de la campaña contra los transgénicos en Amigos de la Tierra, ha denunciado que otro de los principales problemas es que los agricultores tradicionales ven como sus cultivos se ven afectados por las modificaciones genéticas de los transgénicos cercanos y no pueden vender en el mercado sus productos al estar modificados genéticamente.

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha planteado a la Comisión Europea la necesidad de elaborar una norma que regule la coexistencia en la Unión Europea de los cultivos convencionales y de los alimentos modificados genéticamente. Greenpeace y Amigos de la Tierra cierrán su "semana antitransgénica" aunque no tienen "grandes esperanzas ante una prohibición española".