No sólo el fuego está causando problemas en la Península... En el norte las tormentas no dan tregua. Ayer cayó una intensa lluvia en algunas zonas de la Costa Brava que en apenas unos minutos se convirtió en granizo. Piedras enormes empezaron a caer sobre diversos campamentos y caravanas. Cuarenta personas que se encontraban en ellos han tenido que pasar la noche fuera porque el hielo estropeó por completo sus tiendas de campaña. Todo lo que pilló lo destrozó. Ha sido una tormenta corta pero intensa. Tanto que en menos de 15 minutos las calles han quedado completamente anegadas. El hielo ha golpeado con fuerza los coches y ha cubierto de blanco diversas calles de Girona, donde fueron dañadas 150 hectáreas de cultivos y con ello aproximadamente unas 20.000 toneladas de fruta dulce.
Hoy toca volver a la normalidad y reparar los desperfectos que la lluvia ha ocasionado. Ahora, los vecinos y turistas de la zona solo esperan poder seguir disfrutando del verano y de las terrazas sin la compañía del agua.