Si nada ni nadie lo impide, el martes se repetirá la escena en Tordesillas. La suelta del toro para alancearlo hasta la muerte a pie o caballo. Una polémica tradición de origen medieval que defienden sus vecinos y hasta sus alumnos de secundaria con muñecos de plastilina. En frente, la férrea oposición de partidos animalistas y ciudadanos anónimos. Madrid será de nuevo otro de los puntos calientes de la protesta, con una marcha prevista para esta tarde que se detendrá en las sedes del PP y del PSOE, los partidos que gobiernan en la Junta de Castilla y León y el ayuntamiento de Tordesillas, para exigirles la abolición inmediata de estos festejos. El año pasado más de 40.000 personas se dieron cita en un torneo de la Vega que acabó envuelto en otra polémica bien distinta. Cientos de vecinos abuchearon la muerte del animal aquí, en plena carrera y no en campo abierto, tal y como está establecido. En esta ocasión, todos los lanceros tendrán que inscribirse antes de este domingo. En caso de incumplir las normas podrían a enfrentarse a multas de entre tres mil y nueve mil euros.