"Les pedimos que abandonen el proyecto o les haremos partir por todos los medios", fue el mensaje que recibieron en su teléfono móvil algunos de los empleados de Areva desplazados en el norte de Níger en los días previos al secuestro, señaló un trabajador a la radio "RMC".
Un asalariado de Areva repatriado a Francia tras el secuestro el pasado jueves de siete de sus colegas, cinco de nacionalidad francesa, culpó al grupo nuclear de no haber tomado en serio las amenazas y de no haberse ocupado de la seguridad de sus trabajadores en Arlit.
Según él, los vigilantes privados de las residencias de los trabajadores no estaban armados y los militares nigerinos no acudían demasiado al lugar.
El ambiente creado entorno a los trabajadores era muy tenso y algunos "estaban paranoicos", aseguró el empleado.
Un portavoz de Areva reaccionó a estas acusaciones y negó estar al corriente de las amenazas recibidas en los teléfonos móviles de sus colaboradores.
Reconoció que en el secuestro de sus empleados se juntaron "un conjunto de errores" pero indicó que Areva nunca rechazó la ayuda del Gobierno nigerino para incrementar la seguridad de sus empleados.
De esta forma, el portavoz de Areva respondía a un miembro del Gobierno nigerino, que había asegurado que el grupo francés prefirió confiar la seguridad de sus empleados a una empresa privada antes que al Ejército del país.