Todos los esfuerzos por encontrar a Jeff Bush han sido en vano. El hombre, de 36 años, desapareció este sábado, succionado junto con su dormitorio por un agujero que se abrió en el suelo en su casa de Florida. En el momento del suceso, su hermano Jeremy se lanzó a intentar rescatarlo, pero no logró llegar hasta él. Y atrapado también en el interior del boquete, el hermano pequeño tuvo que esperar al equipo de rescate para salir del hoyo. Desde entonces, todos los medios se han puesto al servicio de una búsqueda que con el tiempo ha terminado siendo imposible. "El agujero en la tierra es gigantesco, un gran boquete de unos 50 o 60 pies (casi 18 metros)", explica uno de los responsables del operativo de rescate. Todo apunta a que Jeff habría muerto asfixiado por la tierra, pero encontrar su cuerpo dada la inestabilidad del terreno es ahora una tarea más que peligrosa que tendrá que esperar a que toda la zona sea asegurada. A pesar de lo impresionante del suceso, los expertos aseguran que este tipo de accidentes pueden darse con más facilidad de la que nos creemos debido a las características geológicas de la zona.